Salvador Díaz Mirón

  • ¡Bien hayas, himno verde, que sublimas
    en estrelladas y soberbias rimas
    triunfante numen, y a cantar animas!

    En la punta prolífica y derecha
    De tu plumada y elegante flecha,
    Mirlo garrulador plañe una endecha

    Y abro el ala parnáside, y al crudo
    Viento...

  • En buen esquife tu afán madruga,
    el firmamento luce arrebol;
    grata la linfa no tiene arruga;
    la blanca vela roba en su fuga
    visos dorados al nuevo sol.

    Pero prorrumpes en canturía
    que inculta y tosca mueve a llorar;
    oigo la ingenua melancolía
    ¡...

  • Lírica gracia exorna y ennoblece
    ¡oh proletario! Tu mansión mezquina:
    el tiesto con la planta que florece,
    la jaula con el pájaro que trina.

    Sospechoso el tugurio no parece,
    Cuando hay en él, como señal divina,
    El tiesto con la planta que florece,
    La...

  • ¡Ah! ¿Qué mucho que al Sol que subía
    se plagiara en divino esplendor
    alma en quieto remanso la mía,
    por abril, entre ramos en flor?

    No cayera por brusca pendiente,
    y sería, como ante quizá,
    linfa pura y festiva el torrente
    que frenético y túrbido va....

  • Portas al cuello la gentil nobleza
    del heráldico lirio; y en la mano
    el puro corte del cincel pagano;
    y en los ojos abismos de belleza.

    Hay en tus rasgos acritud y alteza,
    orgullo encrudecido en un arcano,
    y resulto en mi prez un vil gusano
    que a un...

  • Llegas a mí con garbo presumido,
    tierna y gentil. ¡Cuán vario es el orgullo!
    Ostenta en el león crin y rugido,
    y en la paloma tornasol y arrullo.

    Brillas y triunfas, y a carnal deseo
    cierras la veste con seguro alarde,
    y en el fulgor de tu mirada veo
    ...

  • Insensibles a fiestas y grimas
    y con alas de luz de centellas,
    pero esquivos a cautas doncellas,
    difundíos por gentes y climas.

    No sois gemas inmunes a limas
    y con lampos de fijas estrellas,
    sino chispas de golpes y mellas
    y ardéis lascas de piedras de...

  • ¡Qué radiosa es tu faz blanca y tranquila
    bajo el dosel de tu melena blonda!
    ¡Qué abismo tan profundo tu pupila,
    pérfida y azulada como la onda!

    El fulgor soñoliento que destella
    en tus ojos donde hay siempre un reproche,
    viene cual la mirada de la estrella...

  • ¿Detenerme? ¿Cejar? ¡Vana congoja!
    La cabeza no manda al corazón.
    Prohibe al aquilón que alce la hoja,
    no a la hoja que ceda al aquilón!

    ¡Cuando el torrente por los campos halla
    de pronto un dique que le dice: atrás,
    podrá saltar o desquiciar la valla
    ...

  • Traigo por la cadena un bello tigre hircano
    Que a tu neurosis, harta de júbilos de miel,
    Inspira un acre gusto: el de pasar la mano
    Por la incitante felpa de la vistosa piel.

    Felino que figura el estro a que sonríes,
    El numen que me alienta, gallardo y fiero al...