Salvador Díaz Mirón

  • La vi tendida de espaldas
    entre púrpura revuelta.
    Estaba toda desnuda,
    aspirando humo de esencias
    en largo tubo, escarchado
    de diamantes y de perlas.

    Sobre la siniestra mano
    apoyada la cabeza;
    y como un ojo de tigre,
    un ópalo daba en ella...

  • Con hermana y cuñado veranea
    En quinta señoril, sobre un ribazo,
    Asiento y gracia de salubre aldea.
    Y no para en el rústico regazo;
    Y es como una paloma que aletea
    Por eludir o quebrantar un lazo.

    ¡Un amor doloroso e inconfeso
    que le punza la sien como...

  • I

    La joven madre perdió a su hijo,
    se ha vuelto loca y está en su lecho,
    eleva un brazo, descubre un pecho,
    suma las líneas de un enredijo.

    El dedo en alto y el ojo fijo,
    cuenta las curvas de adorno al techo;
    y muestra un rubro pezón, derecho
    ...

  • ¡Oh tú la de crin rubia, luenga y rizada,
    que caída en torrente barre las losas,
    y que volando incita las mariposas,
    porque así luce aspecto de llamarada!

    Linajuda Regina que, por taimada,
    finges al viejo duque modelo a esposas,
    y de sus canas dices honestas...

  • ¡Oh paz agreste! ¡Cuánto
    a quien se acoge a ti brindas provecho!
    ¡Con qué divino encanto
    llenas de olvido el pecho
    ¡ay! A torturas y a furores hecho!

    De la cándida oveja
    Que a sombra trisca en hondonada bruna,
    O la cabra bermeja
    Que asoma en alta...

  • El recio astur, que se reputa
    Claro y puro y tenaz como un diamante;
    Y ella una montañesa, -diminuta
    Como todo primor-, suelta y picante.

    Y en una quiebra, convertida en huerto,
    Habitan, por azares, un casucho,
    Con un mozo andaluz, guapo, despierto,
    Y...

  • Basta de timidez. La gloria esquiva
    Al que por miedo elude la pelea
    Y con suspiros lánguidos rastrea,
    Acogido a la sombra de la oliva.

    Sólo una tempestad brusca y altiva
    Encumbra la pasión y la marea,
    ¡Y en empinados vórtices pasea
    El abismo de abajo...

  • Sabedlo, soberanos y vasallos,
    próceres y mendigos:
    nadie tendrá derecho a lo superfluo
    mientras alguien carezca de lo estricto.

    Lo que llamamos caridad y ahora
    es sólo un móvil íntimo,
    será en un porvenir lejano o próximo
    el resultado del deber...

  • Nuestras dos almas se han confundido
    en la existencia de un ser común,
    como dos notas en un sonido,
    como dos llamas en una luz.

    Fueron esencias que alzó un exceso,
    que alzó un exceso de juventud,
    y se mezclaron, al darse un beso,
    en una estrella del...

  • Bailas por antojo que al mancebo engríe;
    y "escotada" luces dos hechizos fuera,
    y en el rubio monte de tu cabellera
    una flor de grana bruscamente ríe.

    ¡Pasas, huyes, tornas y el placer deslíe
    fósforo combusto que te pinta ojera,
    y tu maridazo mira errar la...