•  Dejó de castigarla, por fin cansado
    de repetir el diario brutal ultraje,
    que habrá de contar luego, felicitado,
    en la rueda insolente del compadraje.

     — Hoy, como ayer, la causa del amasijo
    es, acaso, la misma que le obligara
    hace poco, a imponerse...

  • En el nombre de Dios que las abriera,
    cierro las puertas del hogar paterno,
    que es cerrarle a mi vida un horizonte
    y a dios cerrarle un templo.

    Es preciso tener alma de roca,
    sangre de hiena y corazón de acero,
    para dar este adiós que en la garganta
    se me detiene al bosquejarlo el pecho.

    Es preciso tener labios de mártir
    para acercarse a...

  • Cuando te veo pasar, ¡oh!, mi querida, indolente,
    Al cantar de los instrumentos que se rompe en el cielo raso
    Suspendiendo tu andar armonioso y lento,
    Y paseando el hastío de tu mirar profundo;

    Cuando contemplo bajo la luz del gas que la colora,
    Tu frente pálida, embellecida por morbosa atracción,
    Donde las antorchas nocturnas encienden una aurora,
    Y...

  • Amor, devora el alma de tu esclavo,
    devórala en un día;
    o deja que mi pecho candoroso
    en torrentes se exhale de armonía.

    Ya no tiemblo, no tiemblo... el Dios que inspira
    al genio creador es quien me inflama;
    Él dio temple a las cuerdas de mi lira,
    Él raudales de voz en mí derrama.

    No es más grata la fuente en el desierto,
    ...


  • E un bel desio, che nasce
    allor che men s'aspetía.

    Metastassio

    ¿Quién eres tú, oh muda compañera
    de mi tristeza solitaria? Di,
    ¿quién eres tú que fuese a donde quiera
    siempre a mi lado cándida te vi?

    ¿Por qué al mirarte el alma estremecida
    siento, y el pecho palpitar de amor?
    ¿Por...

  • Viendo el Amor un día
    que mil lindas zagalas
    huían de él medrosas
    por mirarle con armas,

    dicen que de picado
    les juró la venganza
    y una burla les hizo,
    como suya, extremada.

    Tornose en mariposa,
    los bracitos en alas,
    y los pies ternezuelos
    en patitas doradas.

    ¡Oh!, ¡qué bien que parece!
    ¡Oh!, ¡qué suelto...

  • Las pesadas cadenas
    del despotismo atroz ufano hollando,
    cantemos, lira mía,
    el acordado tono al cielo alzando,
    la presente alegría
    y las pasadas penas;
    libertad sacrosanta, tú me inspira;
    que sólo libertad suene mi lira.

    Mientras fue mi morada
    la esclava Hesperia, del rapaz Cupido
    la flecha penetrante
    de aguda...

  • Antes de echar el ancla en el tesoro
    del amor postrimero, yo quisiera
    correr el mundo en fiebre de carrera,
    con juventud, y una pepita de oro
    en los rincones de me faltriquera.

    Abrazar a una culebra del Nilo
    que de Cleopatra se envuelva en la clámide,
    y oír el soliloquio intranquilo
    de la Virgen María en la Pirámide.

    Para desembarcar en...