Y pensar que extraviamos
La senda milagrosa
En que se hubiera abierto
Nuestra ilusión, como una perenne rosa...
Y pensar que pudimos
Enlazar nuestras manos
Y apurar en un beso
La comunión de fértiles veranos...
Y pensar que pudimos
En una...
Y pensar que extraviamos
La senda milagrosa
En que se hubiera abierto
Nuestra ilusión, como una perenne rosa...
Y pensar que pudimos
Enlazar nuestras manos
Y apurar en un beso
La comunión de fértiles veranos...
Y pensar que pudimos
En una...
A Enrique Fernández Ledezma.
De tu magnífico traje
Recogeré la basquiña
Cuando te llegues, o niña,
Al estribo del carruaje.
Esperando para el viaje
la tarde tiene desmayos
Y de sus últimos rayos
La luz mortecina ondea
En la lujosa...
De tu pueblo a tu hacienda te llevabas
la cabellera en libertad y el pecho
guardado por cien místicas aldabas.
Metías en el coche los canarios,
la máquina de Singer, la maceta,
la canasta de pan... Y en el otoño
te ibas rezando leguas de rosarios.
...
En mi ostracismo acerbo me alegré esta mañana
con el encuentro súbito de una hermosa paisana
que tiene un largo nombre de remota novela:
la hija del enjuto médico del lugar.
Antaño íbamos juntos de la casa a la escuela;
las tardes de los sábados, en infantil asueto...
Yo te digo: "Alma mía, tú saliste
con vestido nupcial de la plomiza
eternidad, como saldría una ala
del nimbus que se eriza
de rayos; y una mañana has de volver
al metálico nimbus,
llevando, entre tus velos virginales,
mi ánima impoluta
y mi cuerpo...
Tus ventanas, con pájaros y flores
Tus ventanas que miran al Oriente,
Están esclarecidas con la gracia
De la aurora riente
Que con primicias de su luz decora
La virtud de tu frente.
Tus ventanas de antigua arquitectura
En que el canario, a trinos,...
¿Que elocuencia, desvalida
y casta, hay en tu persona
que en un perenne desastre
a las lágrimas convida?
La frente, Amor, hoy levanto
hasta tu busto en otoño
que es un vaso de suspiros
y una invitación al llanto.
Tus hombros son como un ara...
¡Ay de Dios, que tu palabra
me tiene embrujada
el alma!
Mi lírica adolescencia
Y tu existencia
Gitana
Se dicen en la ventana
Cosas
De amor y buenaventura
En estas noches lluviosas
Juran por Cristo, venerables dueñas,
De...
Magdalena, conozco que te amo
en que la más trivial de tus acciones
es pasto para mí, como la miga
es la felicidad de los gorriones.
Tu palabra más fútil
es combustible de mi fantasía,
y pasa por mi espíritu feudal
como un rayo de sol por una umbría....
La edad del cristo azul se me acongoja
porque Mahoma me sigue tiñendo
verde el espíritu y la carne roja
y los talla, el beduino y a la hurí,
como una esmeralda en un rubí.
Yo querría gustar del caldo de habas,
mas en la infinidad de mi deseo
se...