• Giró el genio en derredor
    después de pisar la cumbre;
    y una fantástica lumbre
    llenó a la sombra de horror:
    y un gemebundo clamor
    taladró la inmensidad,
    y se hundió la humanidad
    sobre su propio esqueleto;
    y reveló su secreto
    más hondo la eternidad.

    Siniestra, cárdena lumbre
    bañó la faz del calvario,
    cual un...

  • No la profunda paz apetecida
    y el usado silencio aquí se advierte,
    que hoy anima el bullicio, de la vida
    el dormido palacio de la Muerte.
    Mas gente, a igual destino reservada,
    es bien que, suspendiendo su alegría,
    a conocer aprenda la morada
    que para siempre ha de habitar un día.
    ¡Cuántos de los que aquí mueven el paso,
    al lucir este día...

  • El día que me quieras tendrá más luz que junio;
    la noche que me quieras será de plenilunio,
    con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
    sus inefables cosas,
    y habrá juntas más rosas
    que en todo el mes de mayo.

    Las fuertes cristalinas
    irán por las laderas
    saltando cantarinas,
    el día que me quieras.

    El día que me quieras, los sotos...

  • Dios con el hombre a quien ama
    siempre liberal y bueno,
    un eco le dio a su voz
    y dio una sombra a su cuerpo;
    queriendo así que, aunque huelle
    los más desnudos desiertos,
    del todo solo no vaya
    y lleve dos compañeros.
    Al uno mudo contempla
    ir a sus pies en el suelo,
    su movimiento ajustando
    a su mismo movimiento.
    Al otro...

  • Era un fauno, de no sé qué templo griego.

    Un día dijo: Estoy harto de mármol; volviose carne eterna y corrió, hacia los bosques históricos de amor.

    No más ninfas ni driadas. Vaya una costeada, protestó el caprípedo, siquiera allí, durmiendo en mi frialdad, no me aburría.

    Pero decidió «recorrer el espinel» y fue, entre matorrales, flechando sus ojos en los rincones...

  • ¡Oh patria, patria, a Dios por largos años,
    y quizás por la vida! -Patria amada,
    te devoran los pérfidos engaños,
    y la víctima pura es inmolada.

    Yo que, anegado en lágrimas, camino
    sobre el suelo adorado en que naciera,
    no soy el infeliz que contamino,
    cual dicen, con mi acento tu ribera.

    Yo mísero en mis sueños solamente
    la dicha...

  • Nos volvemos a ver, amada de otros días,
    casualmente: la vida tiene sus ironías
    y nos une, un instante, para que recordemos
    nuestras horas de abril que perdidas tenemos.

    Tal vez ni me conoces: el tiempo ha transcurrido
    tan veloz (la mujer es propensa al olvido)
    y quizás ni recuerdes dónde estuvo alojado
    tu corazón, por nuevos huéspedes ocupado.

    ...
  • Mi juventud no fue sino una tenebrosa borrasca,
    Atravesada aquí y allá por brillantes soles;
    El trueno y la lluvia han hecho tal desastre,
    Que restan en mi jardín muy pocos frutos bermejos.

    He aquí que he llegado al otoño de las ideas,
    Y que es preciso emplear la pala y los rastrillos
    Para acomodar de nuevo las tierras inundadas,
    Donde el agua orada...

  •  Porque después del golpe vino la airada
    retahila de insultos con que la veja,
    ella tornó a callarse, sin una queja,
    ya a las frases más torpes acostumbrada.

     Y por fin, en el lecho cayó, cansada,
    conteniendo esa horrible tos que no ceja
    y de nuevo a...