Ricardo Güiraldes

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    Tango sévère et triste.

    Tango de menace.

    Tango où chaque note tombe lourde, et comme à regret, sous la main bien plutôt faîte pour serrer le manche d’un couteau.

    Tango tragique, dont la mélodie joue sur un thème de combat.

    Rythme lent, harmonie compliquée de...

  • Xanto era difícil. En vano los adoradores volcaban copas de amor sobre la frígida blancura de su belleza.

    Nadie supo tocarla, ninguno fue capaz de romper el desprecio que escondía en corteses indiferencias.

    En vano hicieron prodigios de ingenio, nunca la emoción irisó su cutis de...

  • Asimilar horizontes. ¿Qué importa si el mundo es plano o redondo?

    Imaginarse como disgregado en la atmósfera, que lo abraza todo. Crear visiones de lugares venideros y saber que siempre serán lejanos, inalcanzables como todo ideal.

    Huir lo viejo.

    Mirar el filo, que corta...

  • Buenos Aires. Calle Santa Fe en el 900. Diciembre. La casa abierta, respirando noche, todo apagado dentro.

    Cielo, implacablemente estrellado, cuyo azul de zafiro australiano se aleja, por obra del aturdimiento luminoso que mandan a los ojos los focos eléctricos.

    De tiempo...

  • A los que blasfemaron contra el sol; condensador de la tierra. Padre nuestro, generador, que va por las alturas rigiendo fuerzas.

    A los que renegaron de S. M. acompasadora de metodizaciones astrales. Culminador por excelencia.

    A los pequeños que te temen. ¡Oh supersideral...

  • Un acorde en menor, encogido y lastimero, para resumir todos los dolores humanos e inertes.

    Sauces, magdalenas, lluvias, nubes desflecadas, payasos tétricos, contorsionistas de este valle de lágrimas. Todo lo que cae, lo que declina, lo que concluye.

    Dolores humanos e inertes...

  • Duerme, duerme tu gran sueño denso.

    ¿Recuerdas? Yo sí. Cuando descansabas, pero menos lívida y no con esa mala rigidez, que me entra en el pecho.

    No era, como ahora, negro tu lecho, más liviana era mi alma. No velaban tu reposo esos seis fatales cirios, cuya luz trémula enturbia...

  • Contenido

  • Cuna, tumba.

    Hágase tu voluntad y no la nuestra.

    Danos el pan de cada día y los cataclismos.

    Sufre los dolores de éstos tus hijos. ¡Oh pura, que concibes, por obra y gracia del sol, Nuestro Señor, que está en los cielos, todopoderoso!

    Santa Madre, sé buena...

  • Sobre mi escritorio, un amigo filósofo ha dejado una calavera para forzar reflexiones profundas.

    La muerte. La eterna pesadilla de muerte, que es la vida. Una guadaña y los ojos redondos, vacíos, que engarzaron una mirada.

    Macabrisadas, por larga dentadura riente de espanto, las...