Ramón López Velarde

  • A fuerza de quererte
    Me he convertido, Amor, en alma en pena.

    ¿Por qué, Fuensanta mía,
    si mi pasión de ayer está ya muerta
    y en tu rostro se anuncia los estragos
    de la vejez temida que se acerca,
    tu boca es una invitación al beso
    como lo fue en...

  • Vos una claridad y yo una sombra

    E. ROSTAND

    Dama de las eternas palideces,
    con tu mirar tranquilo me pareces,
    irradiando destellos de pureza
    el hada del país de la tristeza.

    Eres la imagen...

  • Estos, amada, son sitios vulgares
    en que en el ruido mundanal se asusta
    el alma fidelísima, que gusta
    de evocar tus encantos familiares.

    Añoro dulcemente los lugares
    en donde imperas cual señora justa,
    tu voz real y tu mirada augusta
    que ungieron con su...

  • A J. DE J. Núñez y Domínguez

    A mi paso y al azar te desprendiste
    Como el fruto más profano
    Que pudiera concederme la benévola
    Actitud de este verano.

    (Blonda Sara, uva en sazón: mi apego franco
    a tu persona, hoy me incita
    a burlarme de mi ayer...

  • ¡Oh vírgenes rebeldes y sumisas:
    convertidme en el fiel reclinatorio
    de vuestros oídos y vuestras sonrisas
    y en la fragua sangrienta del holgorio
    en que quieren quemarse vuestras prisas!...

    ¡Oh botones baldíos en el huerto
    de una resignación llena de abrojos...

  • Me enluto por ti, Mireya,
    y te rezo esta epopeya.

    Mas entrañables provincianas mías:
    no sospeché alabar vuestro suicidio
    en las facinerosas tropelías.

    Antes de sucumbir al bandolero
    se amortizaron las sonoras alas
    que aleteaban en el fiel alero.

    ...
  • Señora: llego a Ti
    Desde las tenebrosas anarquías
    Del pensamiento y la conducta, para
    Aspirar los naranjos
    De elección, que florecen
    En tu atrio, con una
    Nieve nupcial... Y entro
    A tu Santuario, como un herido
    A las hondas quietudes hospicianas...