Ramón López Velarde

  • Tus otoños me arrullan
    en coro de quimeras obstinadas;
    vas en mí cual la venda va en la herida;
    en bienestar de placidez me embriagas;
    la luna lugareña va en tus ojos
    ¡oh blanda que eres entre todas blanda!
    y no sé todavía
    qué esperarán de ti mis...

  • Ya no puedo dudar... Diste muerte a mi cándida
    niñez, toda olorosa a sacristía, y también
    diste muerte al liviano chacal de mi cartuja.
    Que sea para bien...

    Ya no puedo dudar... Consumaste el prodigio
    de, sin hacerme daño, sustituir mi agua clara
    con un licor...

  • ¡Qué adorable manía de decir
    en mi pobreza y en mi desamparo:
    soy más rico, muy más que un gran visir:
    el corazón que amé se ha vuelto faro!

    Cuando se cansa de probar amor
    mi carne, en torno de la carne viva,
    y cuando me aniquilo de estupor
    al ver el...

  • La pasión con que te adoro es la espléndida pureza
    de las flores del altar, es el lánguido desmayo
    que domina a los amantes cuando sienten la cabeza
    de la virgen desposada en su pecho descansar;
    la pasión con que te adoro es tan blanca como rayo
    de la luna, que se...

  • Oh novia imposible,
    tan casta y hermosa, tan pura y tan buena,
    que tarde por tarde
    en la muda ventana me esperas
    y envejeces ansiando que pronto
    termine mi ausencia,
    me verás cuando pasen los años,
    retornar por la mustia vereda
    y con...

  • Mi vida, enferma de fastidio, gusta
    de irse a guarecer año por año
    a la casa vetusta
    de los nobles abuelos,
    como a refugio en que en la paz divina
    de las cosas de antaño
    sólo se oye la voz de la madrina
    que se repone del acceso de asma
    para seguir...

  • Con planta imponderable
    Cruzas el mundo y cruzas mi conciencia,
    Y es tu sufrido rostro como un éxtasis
    Que se dilata en una transparencia.

    ¡Pobrecilla sonámbula!
    Pareces, en tu ruta de novicia,
    Ir diciendo al azar: "No me hagáis daño;
    Temo que...

  • Doy a los cuatro vientos los loores
    de tus dedos de clásica finura
    que preparan el pan sin levadura
    para el banquete de nuestros amores.

    Saben de las domésticas labores
    lucen en el mantel su compostura
    y apartan, de la verde, la madura
    producción de...

  • He vuelto a media noche a mi casa, y un canto
    como vena de agua que solloza, me acoge...
    Es el músico célibe, es el solista dócil
    y experto, es el zenzontle que mece los cansancios
    seniles y la incauta ilusión con que sueñan
    las damitas... No cabe duda que el...

  • Fuensanta: las finezas del Amado
    las finezas más finas,
    han de ser par ti menguada cosa,
    porque el honor a ti, resulta honrado.

    La corona de espinas,
    llevándola por ti, es suave rosa
    que perfuma la frente del Amado.

    El madero pesado
    en que me...