Ramón López Velarde

  • He de encomiar en verso sincerista
    la capital bizarra
    de mi Estado, que es un
    cielo cruel y una tierra colorada.

    Una frialdad unánime
    en el ambiente, y unas recatadas
    señoritas con rostro de manzanas
    ilustraciones prófugas
    de las cajas de pasas....

  • Vive conmigo no sé qué mujer
    invisible y perfecta, que me encumbra
    en cada anochecer y amanecer.

    Sobre caricaturas y parodias,
    enlazado mi cuerpo con el suyo,
    suben al cielo como dos custodias...

    Dogma recíproco del corazón:
    y ser por virtud ajena y...

  • Jerezanas, paisanas,
    institutrices de mi corazón,
    buenas mujeres y buenas cristianas...

    Os retrató la señora que dijo:
    "Cuando busque mi hijo
    a su media naranja,
    lo mandaré vendado hasta Jerez."
    Porque jugando a la gallina ciega
    con vosotras, el...

  • Eramos aturdidos mozalbetes:
    blanco listón al codo, ayes agónicos,
    rimas atolondradas y juguetes.

    Sin la virtud frenética de Orfeo,
    fiados en la campánula y el cirio,
    fuimos a embelesar las alimañas
    cual neófitos que buscan el martirio.

    En la misma...

  • La vida mágica se vive entera
    en la mano viril que gesticula
    al evocar el seno o la cadera,
    como la mano de la Trinidad
    teológicamente se atribula
    si el Mundo parvo, que en tres dedos toma,
    se le escapa cual un globo de goma.

    Idolatremos todo...

  • A mi madre y a mis hermanas
    Cuando me sobrevenga
    el cansancio del fin,
    me iré, como la grulla
    del refrán, a mi pueblo,
    a arrodillarme entre
    las rosas de la Plaza,
    los aros de los niños
    y los flecos de seda de los tápalos.

    A arrodillarme en...

  • Por débil y pequeña,
    oh flor de paraíso,
    cabías en el vértice
    del corazón en fiesta que te quiso.

    Salíamos al campo
    y tu cuerpo minúsculo
    se destacaba airoso
    en la grana y el oro del crepúsculo.

    ¡Oh noches enlunadas
    oh provinciana orquesta...

  • Huérfano quedará mi corazón
    Alma del alma, si te vas de ahí,
    Y para siempre lloraré por ti
    Enfermo de amorosa consunción.

    Triste renuncio a las venturas todas
    De tu suave y eterna compañía,
    Hoy que se apaga con la dicha mía,
    El altar que soñé...

  • A la cálida vida que transcurre canora
    con garbo de mujer sin letras ni antifaces,
    a la invicta belleza que salva y que enamora,
    responde, en la embriaguez de la encantada hora,
    un encono de hormigas en mis venas voraces.

    Fustigan el desmán del perenne hormigueo...

  • Señor, Dios mío: no vayas
    a querer desfigurar
    mi pobre cuerpo, pasajero
    más que la espuma del mar.

    Ni me des enfermedad larga
    en mi carne, que fue la carga
    de la nave de los hechizos,
    del dolor el aposento
    y la genuflexión verídica
    de tu...