Ramón López Velarde

  • Mejor será no regresar al pueblo,
    al edén subvertido que se calla
    en la mutilación de la metralla.

    Hasta los fresnos mancos,
    los dignatarios de cúpula oronda,
    han de rodar las quejas de la torre
    acribillada en los vientos de fronda.

    Y la fusilería...

  • Piano llorón de Genoveva, doliente piano
    que en tus teclas resumes de la vida el arcano;
    piano llorón, tus teclas son blancas y son negras;
    como mis días negros, como mis blancas horas;
    piano de Genoveva que en la alta noche lloras,
    que hace muchos inviernos crueles...

  • Yo sólo soy un hombre débil, un espontáneo
    que nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.

    A medida que vivo ignoro más las cosas;
    no sé ni por qué encantan las hembras y las rosas,

    Sólo estuve sereno, como en un trampolín,
    para saltar las nuevas cinturas de las...

  • En estos hiperbólicos minutos
    en que la vida sube por mi pecho
    como una marea de tributos
    onerosos, la plétora de vida
    se resuelve en renuncia capital
    y en miedo se liquida.

    Mi sufrimiento es como un gravamen
    de rencor, y mi dicha como cera
    que se...

  • Soy el mendigo cósmico y mi inopia es la suma
    de todos los voraces ayunos pordioseros;
    mi alma y mi carne trémulas imploran a la espuma
    del mar y al simulacro azul de los luceros.

    El cuervo legendario que nutre al cenobita
    vuela por mi Tebaida sin dejarme su pan,...

  • A Alejandro Quijano

    En la cúspide radiante
    que el metal de mi persona
    dilucida y perfecciona,
    y en que una mano celeste
    y otra de tierra me fincan
    sobre la sien la corona;
    en la orgía matinal
    en que me ahogo en azul
    y soy como un...

  • Me contó el campanero esta mañana
    Que el año viene mal para los trigos.
    Que Juan es novio de una prima hermana
    Rica y hermosa. Que murió Susana.
    El campanero y yo somos amigos.

    Me narró amores de sus juventudes
    Y con su voz cascada de hombre fuerte,
    ...

  • Antes de echar el ancla en el tesoro
    del amor postrimero, yo quisiera
    correr el mundo en fiebre de carrera,
    con juventud, y una pepita de oro
    en los rincones de me faltriquera.

    Abrazar a una culebra del Nilo
    que de Cleopatra se envuelva en la clámide,
    ...

  • Fuensanta, dulce amiga,
    Blanca y leve mujer,
    Dueña ideal de mi primer suspiro
    Y mis copiosas lágrimas de ayer;
    Enlutada que un día de entusiasmo
    Soñé condecorar,
    Prendiendo, en la alborada de las nupcias,
    En el negro mobiliario de tu pecho
    Una...

  • Omnicromía de la tarde amena...
    El alma, a la sordina,
    y la luz, peregrina,
    y la ventura, plena,
    y la Vida, una hada
    que por amar esta desencajada.

    Firmamento plomizo.
    En el ocaso, un rizo
    de azafrán.
    Un ángel que derrama su tintero.
    ...