Por la siena turbia de los mondos llanos,
sin gritos metálicos, sin voz de tambores,
van las cabalgatas de los soberanos
Estados Mayores.
Los grises capotes, los cascos bruñidos,
las caras de vieja de los mariscales
gotosos o hepáticos que lanzan gruñidos
breves y fatales...
Las gafas de oro de los comandantes
cercan los ojuelos...