I Los fuegos que en mí encendieron los mis amores pasados, nunca matarlos pudieron las lágrimas que salieron de los mis ojos cuitados; pues no por poco llorar, que mis llantos muchos fueron, mas no se pueden matar los fuegos de bien amar, si de verdad se prendieron. II Nunca nadie fue herido de fiera llaga mortal, que tan bien fuese guarido, que le quedase en olvido de todo punto su mal: en mí se puede probar, que yo no sé qué me haga, que, cuando pienso sanar, de nuevo quiebra pesar los puntos de la mi llaga. III Esto hace mi ventura que tan contraria me ha sido, que su placer y holgura es mi pesar y tristura, y su bien, verme perdido; mas un consuelo me da este gran mal que me hace: que pienso que no tendrá más dolor que darme ya ni mal con quien me amenace. IV ¿Qué dolor puede decir ventura que me ha de dar, que no lo pueda sufrir? Porque después de morir no hay otro mal ni penar. Por esto no temo nada, ni tengo de qué temer, porque mi muerte es pasada, y la vida no acabada que es la gloria que ha de haber. V Pues pena muy sin medida, ni desiguales dolores, ni rabia muy dolorida, ¿qué pueden hacer a vida que los desea mayores? No sé en qué pueda dañarme ni mal que pueda hacerme, pues que lo más es matarme. de esto no puede pesarme, de todo debe placerme. VI CABO Sobró mi amor, en amor, al amor más desigual, y mi tristeza, en tristeza, al dolor que fue mayor en el mundo, y más mortal; y mi firmeza en firmeza sobró todas las firmezas, y mi dolor, en dolor, por perder una belleza que sobró todas bellezas.
Los fuegos que en mí encendieron...
More from Poet
-
I Ved qué congoja la mía, ved qué queja desigual que me aqueja, que me crece cada día un mal teniendo otro mal que no me deja; no me deja ni me mata, ni me libra ni me suelta, ni me olvida; mas de tal guisa me trata, que la muerte anda revuelta con mi vida. II Con mi vida no me hallo, porque...
-
I Señora muy acabada: tened vuestra gente presta, que la triste hora es llegada de la muy solemne fiesta. Cuando yo un cuerno tocare, moveréis todas al trote, y a la que primer llegare, (sic) de aquí le suelto el escote. II Entrará vuestra merced, porque es más honesto entrar, por cima de una...
-
Mi saber no es para solo, dadme plazo hasta el martes, pues imos donde hay las artes que hablan, señor, del Polo. Mas de tal saber ayuno digo, sin acuerdo alguno, que debemos todos ir a vuestro mando cumplir señor, que no quede uno.
-
Los males que son menores de amor, es mi opinión que más y mayores son de los que de él son mayores; y el Dios de los amadores no da favor ni destierra cuando son merecedores; mas do la virtud se encierra, la gracia cobra más tierra.
-
Entre dos fuegos lanzado, donde amor es repartido, del uno soy encendido, del otro cerca quemado; y no sé yo bien pensar cuál será mejor hacer; dejarme más encender o acabarme de quemar: decid qué debo tomar.