• De tu pueblo a tu hacienda te llevabas
    la cabellera en libertad y el pecho
    guardado por cien místicas aldabas.

    Metías en el coche los canarios,
    la máquina de Singer, la maceta,
    la canasta de pan... Y en el otoño
    te ibas rezando leguas de rosarios.

    René, el gigante perro del pastor,
    en un galope como si nadara,
    te escoltaba, buscándote la...

  • Tu eres joven, como un lirio de los valles,
    que recién abre su cáliz,
    ¡que recién!
    los cendales candorosos de sus pétalos de seda
    suelta al viento de la aurora...
    ¡yo soy el trágico laurel!.
    Yo soy viejo, carcomido, lamentable,
    como un roble centenario,
    ¡que cayó!
    que cayó para in eternum, para nunca más alzarse
    por los siglos...

  • Vaguedades.jpg

    Como pupilas de muertos
    de luz sobrenatural,
    brillan los focos en los desiertos
    laberintos del arrabal.

    El té...

  • Casta madonna del siglo trece,
    En fondo de oro la blanca luna;
    Un cielo inmenso, sin mancha alguna,
    que al que lo mira rejuvenece,
    Y en su éter puro nos desvanece,
    Dando alas de ángel al corazón:
    Y en mis oídos vibrando el rápido
    Vals embriagante de aquellos días
    En que girando loca de júbilo
    Entre mis brazos amanecías,
    Y negra...

  • En un tiempo envidié la suerte ajena,
    juzgándome yo solo desdichado;
    mas sé que a todos a gemir condena
    la inexorable voluntad del hado:
    arrastra cada cual de la cadena
    que envuelve y aprisiona lo creado
    un eslabón, y por diversos modos,
    todos padecen y suspiran todos.
    ¿Quién conoció jamás un venturoso?
    Es máscara la dicha solamente;
    ...

  • Vanse mis amores, madre,
    luengas tierras van morar.
    Yo no los puedo olvidar.
    ¿Quien me los hará tornar,
    quien me los hará tornar?
    Yo soñara, madre, un sueño
    que me dió en el corazón:
    que se iban los mis amores
    a las isalas del mar
    Yo no los puedo olvidar.
    ¿Quien me los hará tornar,
    quien me los hará tornar?
    Yo soñara...

  • Para Alfonso Aguirre

    La pena… La melancolía…
    La tarde siniestra y sombría…
    La lluvia implacable y sin fin…
    La pena… La melancolía…
    La vida tan gris y tan ruin.
    ¡La vida, la vida, la vida!
    La negra miseria escondida
    royéndonos sin compasión
    y la pobre juventud perdida
    que ha perdido hasta su corazón.
    ¿Por qué tengo, Señor...

  • La puerta
    abierta hacia la noche,
    y el pájaro sonámbulo en los bosques
    bebe
    estas auroras rojas.

    Los dioses blancos de tu boca
    ahogándose en el vaso.

    Aquel mar es tan profundo
    que temblaban los barcos.

    Sigamos.

    Mis ojos entre el humo.
    Y a la orilla del mundo,
    tu mano
    tendida a los naufragios.

    Ahora nadie...

  • Jué árbol! Y grande...
    Áhura es una piedra.
    De haberse partido y hallarlo en pedazos,
    Le paso po'encima, sin verlo siquiera...

    A lo más, si acaso trompiezo con uno,
    Miro y le doy güeltas,
    Sigo, convencido de que juesen toscas
    Que parecen leña.

    Esos que anduvieron ahondando el arroyo,
    Lo han tirao a tierra.
    Tarde, lo sacaron; de...

  • I

    Ved qué congoja la mía,
    ved qué queja desigual
    que me aqueja,
    que me crece cada día
    un mal teniendo otro mal
    que no me deja;
    no me deja ni me mata,
    ni me libra ni me suelta,
    ni me olvida;
    mas de tal guisa me trata,
    que la muerte...