• Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.
    Un soplo milenario trae amagos de peste.
    Se asesinan los hombres en el extremo Este.

    ¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?
    Se han sabido presagios y prodigios se han visto
    y parece inminente el retorno del Cristo.

    La tierra está preñada de dolor tan profundo
    que el soñador, imperial meditabundo,...

  • Dice la esperanza: Un día
    la verás, si bien esperas.
    Dice la desesperanza:
    Sólo tu amargura es ella.
    Late, corazón... No todo
    se lo ha tragado la tierra.

  • Al pie nace de una cuna
    El árbol de la esperanza;
    Y al son del viento se mece,
    Frágil cual trémula caña:
    Sólo un instante por dicha
    Manso el céfiro le halaga,
    Que el cierzo helado lo seca,
    Y el austro ardiente lo abrasa.
    Crece, da vistosas flores,
    Y el fruto rara vez cuaja:
    Cual tierna flor del almendro,
    Muere por nacer temprana...

  •  
    CUANDO esté yo á tu lado, prenda mía,
    Has de sentir mi amor como esos rayos
    Del sol que abre las flores
    En medio de sus lánguidos desmayos
            En caluroso día.

    Has de sentir mi aliento
    Como ese soplo matinal que inclina
            Á la casta azucena,
            Cuya esencia divina
    En efluvios de amor regala al viento.

            ...

  • ¡Joven! Espera, espera
    en el mañana, y siempre en el mañana;
    no abandones la fe del porvenir.
    Y cada vez que, fúlgida y galana,
    luzca la aurora en la celeste esfera
    y el monte dore y transparente el valle
    de pie, de pie nos halle
    á la plegaria prontos, cual Dios á bendecir.

    ¡Pobre joven! El amargo
    sentimiento que en tí noto
    es el...

  • ¡Ven, ninfa celestial de la esperanza,
    ven, dulce amiga, que tu amor imploro!,
    y enséñame en hermosa lontananza
    el bien que busco y anhelante adoro.
    Muéstrame un sol de gloria y bienandanza
    con tus reflejos de esmeralda y oro;
    lanza torrentes de tu luz querida
    en el triste horizonte de mi vida.

  • Yo diviso rodando marchita
    sin aroma la cándida flor
    que furioso huracán precipita
    resonando con triste fragor.

    De mi seno se lleva la calma,
    mis ensueños de gloria, de paz,
    y en lugar de la dicha del alma,
    solo queda un recuerdo fugaz.

    En un tiempo que huyó presuroso
    como el eco de triste canción,
    levantando su cáliz precioso...

  • Una flor se divisa
    en el oscuro campo de batalla,
    y sus hojas, movidas por el viento,
    de humo y sangre se esmaltan.
    Un corcel galopando se aproxima,
    y pronto va a pisarla;
    mas una mano fuerte y vigorosa
    lo detiene, y ¡la flor está salvada!
    Hoy así se divisa
    en el oscuro campo de mi alma,...

  • ¿Cómo queda, no ves, querida esposa,
    la blanca helena que, a tu lado crece,
    cuando el riego le falta que le ofrece
    tu mano, cada vez más cariñosa?

    Inclínase marchita y congojosa
    al blando soplo que sus hojas mece,
    sus pétalos desgreña, y desparece
    del verde tallo que adornó graciosa.

    De pena igual tu ausencia lastimera
    me llena el corazón...