¡Ven, ninfa celestial de la esperanza, ven, dulce amiga, que tu amor imploro!, y enséñame en hermosa lontananza el bien que busco y anhelante adoro. Muéstrame un sol de gloria y bienandanza con tus reflejos de esmeralda y oro; lanza torrentes de tu luz querida en el triste horizonte de mi vida.
La esperanza
Collection:
1840
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Salve, lumbrera bella de la callada noche, henchido de entusiasmo te mira el corazón, vertiendo placentera desde tu excelso coche consuelos al que gime y al bardo inspiración. El pecho palpitando de gozo y alegría te ofrece enardecido sus cánticos de amor, que a mí me cansa, ¡oh luna!, la...