Al pie nace de una cuna El árbol de la esperanza; Y al son del viento se mece, Frágil cual trémula caña: Sólo un instante por dicha Manso el céfiro le halaga, Que el cierzo helado lo seca, Y el austro ardiente lo abrasa. Crece, da vistosas flores, Y el fruto rara vez cuaja: Cual tierna flor del almendro, Muere por nacer temprana. Cuanto más alto se encumbra, Más peligros le amenazan; Como el cedro que descuella, Los rayos del cielo llama. Reposa el águila altiva En su copa soberana; Mientras insectos traidores Están royendo su planta: Hondas echa las raíces; Lejos extiende sus ramas; Y apenas da escasa sombra, La Muerte su tronco tala.
El árbol de la esperanza
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Único asilo en mis eternos males, Augusta soledad, aquí en tu seno, Lejos del hombre y su importuna vista, Déjame libre suspirar al menos: Aquí, a la sombra de tu horror sublime, Daré al aire mis lúgubres lamentos, sin que mi duelo y mi penar insulten Con sacrílega risa los perversos, Ni la...
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Cesa un instante siquiera, Cesa, avecilla, en el canto, Y no atraigas a los tuyos Con tu pérfido reclamo: El mismo dueño a quien sirves, Te arrancó del nido amado, Te robó la libertad, Te desterró de los campos; Y por complacerle ahora, De tanta crueldad en pago a tu esposo y a tus hijos Tú...
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Al borde está de una tumba La inexorable deidad, Mal ceñido el negro manto, Lívida la horrenda faz, Y la planta descarnada Sobre una corona real: En tablas de bronce y mármol, Carcomidas por la edad, Apoya el brazo siniestro Con terrible majestad, Y la historia de cien siglos Debajo borrada está...
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