Cierta viuda, joven y devota,
cuyo nombre se sabe y no se anota,
padecía de escrúpulos, de suerte
que a veces la ponían a la muerte.
Un día que se hallaba acometida
de este mal que acababa con su vida,
confesarse dispuso,
y dijo al confesor: -...
Cierta viuda, joven y devota,
cuyo nombre se sabe y no se anota,
padecía de escrúpulos, de suerte
que a veces la ponían a la muerte.
Un día que se hallaba acometida
de este mal que acababa con su vida,
confesarse dispuso,
y dijo al confesor: -...
Salió muy de mañana
a oír misa en la iglesia más cercana
una vieja ochentona
de vista intercadente y voz temblona.
A la del Hospital se dirigía
porque junto vivía,
llevando por no haber amanecido,
de una vela encendido
el cabo en su...
El pozo de los padres trinitarios
tuvo brocales varios:
ya de mampostería,
ya de piedra de buena sillería,
en fin de berroqueño le pusieron,
el último que eterno ellos creyeron;
pero tal faena de sacar agua
en el convento había,
que al año...
Un avariento casado
a su mujer le decía:
-Tú me cuestas cada día
un doblón, ¡caro bocado!
Cada mes te he visitado
dos veces: en conclusión,
cada vez a la razón
de tres onzas. -¡Lindo chiste!,
dice ella. ¿ Y en qué consiste
que yo te...
A casa de una moza un estudiante
llegó, pobre y tunante,
y por poco dinero
le pidió algún carnal desaguadero.
-No puedo socorrerle en ese apuro,
ella le dijo, sin que pague un duro;
no lo hago más barato
porque anda malo el tiempo y malo el trato...
Reprendía un abad a un perezoso
monje que a los maitines no asistía,
y con ásperas voces le decía:
- ¿Qué efecto, hermano, tan escandaloso
producirá en cualquiera religioso
su negligencia? Copie lo que hacía
todo un rey, un David. ¡Con qué alegría,
...
Casóse Dora la bella
con Dido, y Dido intentó,
la noche que se casó,
hacerle un hijo, hijo de ella.
Como pasó mala noche
aquella en que fue casada,
se levantó al otro día con
toda la cara ajada.
Desde que le vio su padre...
El cínico Diógenes de Atenas
con su filosofía
hizo, mientras vivió, mil cosas buenas,
siendo su gran manía
ponerse a procrear públicamente
a sol radiante y a faldón valiente.
Decía: -No es razón que a ver a un hombre
morir se junten tantos
...
Mandó a Madrid venir de la montaña
un mercader ricacho a su sobrino
para que se instruyese en la maña
con que era en el comercio ladrón fino.
Cuando llegó buscando la cucaña
el tal montañesillo a su destino,
tendría de catorce a quince años,
edad...
Una noche de enero,
estaba calentándose al brasero
una joven casada,
la ropa a las rodillas remangada,
porque así no temía
quemarse en tanto que labor hacía.
De este modo esperaba a su marido,
que era un pobre artesano,
mientras entretenido...