Félix María Samaniego

  • En la ciudad alegre y renombrada

    que riega, saltarín, Guadalmedina,

    empezó a padecer de mal de orina

    una recién casada

    de edad de veinte años,

    a quien vinieron semejantes daños

    de que su viejo esposo

    setentón lujurioso,

    por más esfuerzos...

  • Un novicio tenía en su convento

    el entretenimiento,

    cuando a solas estaba,

    de tocarse el guión que le colgaba,

    porque, como del claustro no salía,

    gozar de otros placeres no podía.

    Sorprendiole en sus sucios ejercicios

    una vez el maestro de...

  • A pedir la limosna acostumbrada

    a una granja del pueblo separada,

    llegó un fornido lego franciscano,

    y encontró de carácter muy humano

    a una viuda y joven labradora

    que era de aquella granja la señora.

    Esta, luego que vio tan colorado

    al lego, tan...

  • Casó Maruxa, gruesa gallegota
    de luenga agigantada catadura,
    con Domingo Chaveila, tal ventura
    se celebró con zambra y con chacota.

    Hubo gaita, garrote, danza y bota
    que festejó la posesión futura
    y ella, caliente, finge una apretura
    para...

  • En una humilde aldea el Jueves Santo

    la pasión predicaban y, entre tanto,

    los payos del lugar que la escuchaban

    a lo vivo la acción representaban,

    imitando los varios personajes

    en la figura, el gesto y los ropajes.

    Para el papel sagrado

    de...

  • Confesándose un soldado

    dijo muy arrepentido:

    -Acúsome que he jodido

    un barril de bacalao.

    El fraile, muy admirado,

    le preguntó: -¿Cómo ha sido?

    -Porque el barril he robado,

    en la plaza le he vendido,

    del dinero que me han dado

    ...

  • Preguntó en el Paular un forastero

    el uso de una grande campanilla

    que veía en el claustro; y el portero

    le respondió: -El oírla es maravilla,

    porque sólo se toca cuando fiero

    el tentador carnal los frailes pilla.

    A que el curioso replicó guiñando:

    ...
  • A un alcalde de corte a presentarse

    fue una mujer, diciendo iba a quejarse

    de que el débito santo la mermaba

    su marido y jamás la contentaba.

    El alcalde mandó que al otro día

    ante su señoría

    los dos se presentasen en la audiencia,

    donde recibirían...

  • Un convento ejemplar benedictino

    a grave aflicción vino

    porque en él se soltó con ciega furia

    el demonio tenaz de la lujuria,

    de modo que en tres pies continuamente

    estaba aquel rebaño penitente.

    Al principio, callando con prudencia,

    hacía cada...

  • A los pies de un devoto franciscano
    acudió un penitente, —Diga hermano,
    ¿qué oficio tiene? —Padre, sombrerero.
    —¿Y qué estado? —Soltero.
    —¿Y cual es su pecado dominante?
    —Visitar a una moza. —¿Con frecuencia?
    —Padre mío, bastante.
    —¿Cada mes? —Mucho...