• Con Placer hablo contigo,
    yo que en mi vida te he hablado;
    pues eres centro, y abrigo,
    Y depósito sagrado
    de la dicha de un amigo.

    Dueña de su fe segura
    y árbitra a un tiempo te ves
    de su gozo o su amargura;
    que él no tendrá más ventura
    que aquella que tú le des.

    Aunque Marte galardone
    su esfuerzo nunca domado
    y cien...

  • ¿Por qué, el aire surcando,
    dilatándose del bronce los sonidos;
    y sin cesar vibrando
    llegan a mis oídos
    profundos y tristísimos gemidos?

    ¿Por qué de muerte el canto
    en torno de ese féretro resuena?
    ¿Por qué el fúnebre llanto?
    ¿Por qué la amarga pena,
    los cirios, y el clamor que el aire llena?

    Te miro ante mis ojos
    postrado sin...

  • ¡Oh dulce Lanz! Mi juventud lozana
    ya para siempre huyó, cual agostada
    rosa, que brilla sólo una mañana.

    Cerca está ya de mí la fatigada
    corva vejez, de muerte precursora,
    de achaques y quebrantos rodeada.

    ¿Dó estás, oh juventud? ¿Dónde está agora
    de aquel semblante mío la frescura?
    ¿Dónde del claro Tormes la pastora

    ...
  • El distinguido poeta Fernando Velarde

    Grandioso te alzas en la eterna roca
    donde rebrama el huracán rugiente,
    y absorto miras en tu afán valiente
    de los volcanes la tartárea boca.

    En los arranques de tu audacia loca
    te lanzas como el águila impaciente,
    y, en medio de...

  • Como en la soledad de su conciencia
    retirado mortal habla consigo,
    así mi vida sin disfraz te digo
    y te muestro hasta el fondo el corazón:
    y el tuyo me descubres, y engolfados
    en ese blando platicar estrecho
    que cual cristal nos transparenta el pecho,
    horas y días cual instantes son.
    La ausencia, tumba de menor afecto,
    los ciegos cambios de...

  • Tierra le dieron una tarde horrible
    del mes de julio, bajo el sol de fuego.
    A un paso de la abierta sepultura,
    había rosas de podridos pétalos,
    entre geranios de áspera fragancia
    y roja flor. El cielo
    puro y azul. Corría
    un aire fuerte y seco.
    De los gruesos cordeles suspendido,
    pesadamente, descender hicieron
    el ataúd al fondo...

  • También sobre la tumba que cubre tus cenizas
    resuenen, pobre amigo, los ecos de mi voz,
    y lejos del bullicio de mundanales risas
    llorando te dirijo mi postrimer adiós.

    También, querido amigo, mis trémulos acentos
    agiten temblorosos las flores de tu sien,
    y unidos al sublime gemido de los vientos
    se lleven a los cielos mi súplica también.

    Si...

  • Tal vez al son confuso de mi lira
    recordarás, Damón, pasados años;
    disfraz, falsos halagos, vil mentira,
    envidia, sinrazón, perfidia, engaños,
    todo te ofrecerá tu mente viva,
    y cuando de tu dicha hablar intento
    derramarás la lágrima de pena
    que anuncia los pesares de tu pecho.

    Aun recuerdo, Damón, el triste día
    en que, pábulo dando a tu...

  • Mientras estáis allá con tierno celo,
    de oro, de seda y púrpura cubriendo
    el de vuestra alma vil terrestre velo,

    sayo de hierro acá yo estoy vistiendo,
    cota de acero, arnés, yelmo luciente,
    que un claro espejo al sol voy pareciendo.

    Mientras andáis allá lascivamente
    con flores de azahar, con agua clara
    los pulsos refrescando, ojos y...