Adelardo López de Ayala

  • ENERO

    Día 1.º

    Entró en mi cuarto de un brinco;
    me miró con faz severa,
    y me habló de esta manera
    el año sesenta y cinco:

    -«Sin razón quejas exhalas,
    porque mi vuelo apresuro:
    tienes un medio seguro
    para arrancarme las alas...

  • Introducción
    ¡Salud, Genio, salud! Yace la muerte
    a tus plantas llorando tu victoria...
    ¡Quiero en la tierra padecer tu suerte,
    por alcanzar tu deslumbrante gloria!

    Es el artista un sol que se levanta
    sobre el mundo, y eterno resplandece;
    en...

  • De los holgazanes

    Lunes, que, a rienda tendida,
    vas del martes empujado,
    ¡cuántas veces te he fiado
    la corrección de mi vida!

    -¡Te vas! ¡La dejas sumida
    en dudas desgarradoras!
    Pero, al fin, algo mejoras
    mi condición, pues hoy siento
    ...

  • Donosa aldeana
    de negro cabello,
    de rostro más bello
    que fresca mañana:
    detente; te llamo
    temblando de amor;
    desata ese ramo
    y dame una flor.

    Marchito y sin vida
    tu ramo, aldeana,
    acaso mañana
    ninguno lo pida;
    mas hoy que...

  • ¡Pluma: cuando considero
    los agravios y mercedes,
    el mal y bien que tú puedes
    causar en el mundo entero;
    que un rasgo tuyo severo
    puede matar a un tirano,
    y que otro, torpe o liviano,
    manchar puede un alma pura,
    me estremezco de pavura
    al...

  • La música es el acento
    que el mundo arrobado lanza,
    cuando a dar forma no alcanza
    a su mejor pensamiento:
    de la flor del sentimiento
    es el aroma lozano;
    es del bien más soberano
    presentimiento suave,
    y es todo lo que no cabe
    dentro del...

  • Hoy recibo tu carta y la contesto:
    hoy, veintidós de junio, fecha impía,
    de recuerdo amarguísimo y funesto,
    que hiere mi azorada fantasía
    cual siniestra visión, y reverdece
    todo el horror de tan infausto día.
    Y que siento agitarse, me parece,
    la chusma...

  • De nuestra gran virtud y fortaleza
    al mundo hacemos con placer testigo:
    las ruindades del alma y su flaqueza
    sólo se cuentan al secreto amigo.
    De mi ardiente ansiedad y mi tristeza
    a solas quiero razonar contigo:
    rasgue a su alma sin pudor el velo
    quien...

  • Sueño, que lento y pesado
    mis sentidos acometes,
    y uno a uno los sometes
    a tu imperio dilatado:

    tú en prisión pones la vista
    y gusto y tacto en olvido:
    pierde el olfato la pista,
    y, aunque el último, el oído
    también cede a tu conquista

    Y...

  • Yo a Enriqueta le diría
    que su gracia me subyuga,
    que me encanta su talento,
    y hasta su nombre me gusta...

    Mas temo que Margarita,
    al escucharme, presuma
    que la agravio, y el respeto
    me deja la lengua muda.

    Yo también a Margarita,
    en más...