• Estos, amada, son sitios vulgares
    en que en el ruido mundanal se asusta
    el alma fidelísima, que gusta
    de evocar tus encantos familiares.

    Añoro dulcemente los lugares
    en donde imperas cual señora justa,
    tu voz real y tu mirada augusta
    que ungieron con su gracia mis pesares.

    Y recuerdo que en época lejana,
    por tus raras virtudes milagrosas...

  • Ya promediado el curso de mi vida,
    y cuando en lontananza
    se hunde el pálido sol de la esperanza,
    hacia la edad perdida
    pláceme sólo que la mente vuelva,
    cual vuelve el ave en el otoño al nido
    que dejó, ingrata, en la africana selva.

    Ella vuelve...yo no. Patria distante,
    con la que siempre enternecido sueño,
    como guarda el amante
    la...

  • Ausente! La mañana en que me vaya
    más lejos de lo lejos, al Misterio,
    como siguiendo inevitable raya,
    tus pies resbalarán al cementerio.

    Ausente! La mañana en que a la playa
    del mar de sombra y del callado imperio,
    como un pájaro lúgubre me vaya,
    será el blanco panteón tu cautiverio.

    Se habrá hecho de noche en tus miradas;
    y sufrirás, y...

  • La misma mesa antigua y holgada, de nogal,
    y sobre ella la misma blancura del mantel
    y los cuadros de caza de anónimo pincel
    y la oscura alacena, todo, todo está igual...

    Hay un sitio vacío en la mesa hacia el cual
    mi madre tiende a veces su mirada de miel,
    y se musita el nombre del ausente; pero él
    hoy no vendrá a sentarse en la mesa pascual.

    ...
  • La misma mesa antigua y holgada, de nogal,
    y sobre ella la misma blancura del mantel
    y los cuadros de caza de anónimo pincel
    y la oscura alacena, todo, todo está igual...

    Hay un sitio vacío en la mesa hacia el cual
    mi madre tiende a veces su mirada de miel,
    y se musita el nombre del ausente; pero él
    hoy no vendrá a sentarse en la mesa pascual.

    ...
  • Sólo ha quedado en la rama
    un poco de paja mustia
    y, en la arboleda, la angustia
    de un pájaro fiel que llama.
    Cielo arriba y senda abajo,
    no halla tregua a su dolor,
    y se para en cada gajo
    preguntando por su amor.
    Ya remonta con su queja,
    ya pía por el camino
    donde deja en el espino
    su blanda lana la oveja.
    Pobre pájaro...

  • I

    Ve, discreto mensajero,
    delante aquella figura
    valerosa
    por quien peno, por quien muero,
    flor de toda hermosura
    tan preciosa,
    y mira cuando llegares
    a su esmerada presencia
    que resplandece,
    doquiera que la hallares
    tú le hagas...

  • Este amor, que yo alimento
    de mi propio corazón,
    no nace de inclinación,
    sino de conocimiento.

    Que amor de cosa tan bella,
    y gracia, que es infinita,
    si es elección, me acredita,
    si no acredita mi estrella.

    ¿Y qué deidad me pudiera
    inclinar a que te amara,
    que ese poder no tomara
    para sí, si le tuviera?

    Corrido, señora...

  •  Fuma de nuevo el viejo su trabajosa
    pipa y la madre escucha con indulgencia
    el sabido proceso de la dolencia
    que aflige a una pariente poco animosa.

     El muchacho concluye la fastidiosa
    composición, que sobre la negligencia
    en la escuela le dieron de...

  • Amado dueño mío,
    Escucha un rato mis cansadas quejas,
    Pues del viento las fío,
    Que breve las conduzca a tus orejas,
    Si no se desvanece el triste acento
    Como mis esperanzas en el viento.

    Óyeme con los ojos,
    Ya que están tan distantes los oídos,
    Y de ausentes enojos
    En ecos de mi pluma mis gemidos;
    Y ya que a ti no llega mi...