Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al...
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Que una tizona en tus valientes manos, Haz que muerdan el polvo los villanos; |
Honra mis lares, cariñoso amigo, |
En buen esquife tu afán madruga, Pero prorrumpes en canturía |
A la muerte mirándote vecino, |
Sufre, oh vate, con pecho adamantino, |
Nada más triste que un titán que llora, Hércules loco que a los pies de Onfalia |
Te recomiendo, a ti, mi poeta y amigo, Sabe que cuando muera yo te escucho y te sigo |
¡Oh dulce y triste presente! |
Con tu acompasado son Funesto, funesto bien |