Te recomiendo, a ti, mi poeta y amigo,
que comprendas mañana mi profundo cariño,
y que escuches mi voz en la voz de mi niño,
y que aceptes las hostia en la virtud del trigo
Sabe que cuando muera yo te escucho y te sigo
que si haces bien, te aplaudo; que si haces mal, te riño;
si soy lira; te canto, si soy cíngulo; te ciño;
si en tu cerebro; seso; y en tu vientre; ombligo.
Y comprende que en el don de la pura vida,
que no se puede dar manca ni dividida,
para los que creemos que hay algo supremo,
yo me pongo a esperar a la esperanza ida,
y conduzco entre tanto la barca de mi vida;
Caronte es el piloto, mas yo dirijo el remo.