El día en que yo vi la luz primera,
plantó mi padre en su risueño huerto
ese árbol que admiráis en primavera,
de tiernas hojas y de flor cubierto.
Yo entré en la sociedad, donde hoy batallo,
con la esperanza audaz de los mancebos,
cuando él ennoblecía el fuerte tallo
cada nueva estación con ramos nuevos.
Yo abandoné, buscando horas felices,...