A un árbol

El día en que yo vi la luz primera, plantó mi padre en su risueño huerto ese árbol que admiráis en primavera, de tiernas hojas y de flor cubierto. Yo entré en la sociedad, donde hoy batallo, con la esperanza audaz de los mancebos, cuando él ennoblecía el fuerte tallo cada nueva estación con ramos nuevos. Yo abandoné, buscando horas felices, mi pobre hogar por la mansión extraña, y él, inmutable, ahondaba sus raíces junto al arroyo que sus plantas baña. Hoy, rugosa la frente y seca el alma, cuando hasta el eco de mi voz me asombra, vengo a encontrar la apetecida calma del tronco amigo a la propicia sombra. Y evoco las memorias indecisas de la edad juvenil, sueños perdidos, mientras juegan sus ramas con las brisas y al alegre rumor cantan los nidos. Mi vida agosta ese dolor interno con que los ojos y la frente enluto: él abre en mayo su capullo tierno y da en octubre el aromado fruto.

Collection: 
1856

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Comenzaba el otoño. El sol caía como broquel de fuego tras la espalda del áspera montaña. Una alquería blanca, del cerro en la aromosa falda, era mi albergue, que ceñían en torno un huerto al pie y dos parras por guirnalda. Los que engendró en la fiebre del bochorno agrios frutos la tierra, eran...

A orillas del ancho río se levanta un árbol muerto, que arraiga en húmeda tierra y alza los brazos al cielo. ¿Para qué pasan las aguas su pie nudoso lamiendo? ¿Para qué las tibias brisas de abril le prodigan besos? ¿Para qué en las ramas secas detiene el pájaro el vuelo? Ni henchirá el tronco la...

Como naves ancladas del ancho puerto en el seguro asilo cuando en el mar la tempestad arrecia, en tu golfo tranquilo duermen las islas Jónicas, oh Grecia. Cual cisne de albas plumas sobre el azul del lago, coronada de brumas, Chío levanta su contorno vago, del mar entre las cándidas espumas....

¡De Ovidio los dulces versos qué tristes lecciones guardan! Cuando la tarde las sombras prolonga de las montañas, yo, al pie de los viejos olmos que el arroyo copia y baña, leí de Orfeo y de Eurídice, meditabundo la fábula. Al hondo averno desciende el bello cantor de Tracia, diciendo al son de...