Gertrudis Gómez de Avellaneda

  •     Con yo amé dice cualquiera
     Esta verdad desolante:
     -Todo en el mundo es quimera,
     No hay ventura verdadera
     Ni sentimiento constante.-
        Yo amé significa: -«Nada
     Le basta al hombre jamás:
     La pasión más delicada,
     La promesa...

  •     Palacios y chozas,
     Campos y ciudad,
     Brutos, aves, hombres,
     Todo duerme ya;
        
        Que cubren las sombras
     Del cielo la faz,
     Y guardan silencio
     Los vientos y el mar.
        
        Sólo un rumor se percibe,
     Vago, débil y...

  •     Y María al pie de la cruz
        Al cielo ofreciendo del mundo el rescate,
     Con clavos sujetas las manos divinas,
     Ciñendo sus sienes corona de espinas,
     Se ostenta en los brazos del leño Jesús.
        A diestra y siniestra dos viles ladrones
     Reciben la pena...

  •  ¡Perla del mar! ¡Cuba hermosa!
     Después de ausencia tan larga
     Que por más de cuatro lustros
     Conté sus horas infaustas,

     Torno al fin, torno a pisar
     Tus siempre queridas playas,
     De júbilo henchido el pecho,
     De entusiasmo ardiendo el alma.

     ¡...

  •  ¡Mirad! ya la tarde fenece...
              La noche en el cielo
              despliega su velo,
              propicio al amor.
     La playa desierta parece:
              Las olas serenas
              salpican apenas
              su dique de arenas,
              con...

  •  Iba tendiendo su luctuoso manto
        La noche oscura y fría,
              Sin que templase un tanto
     La opacidad de la región vacía,
     El rayo de la luna macilento
     Ni el trémulo fulgor de las estrellas;
              Pues, cual rastro sangriento,
     De un sol de...

  •     Cantos de regocijo y de victoria
     Nuestras voces alzaron aquel día
     Que regia mortal mano te ceñía
     Mezquino lauro de terrestre gloria:
        
        Y hoy que a la voz de tu Hacedor acudes,
     A recibir la fúlgida diadema
     Que la inmutable Majestad Suprema...

  •     Contra mi sexo te ensañas
     Y de inconstante lo acusas;
     Quizá porque así te excusas
     De recibir cargo igual.
        Mejor obrarás si emprendes
     Analizar en ti mismo
     Del alma humana el abismo,
     Buscando el foco del mal.
        
        Proclamas...

  • Reina la noche: mis ojos
    Desde una estrecha ventana
    Contemplan inmensidades
    Que apenas la mente abarca.

    La gran bóveda del cielo,
    De estrellas mil recamada,
    Matiza su azul oscuro
    Con leves nubes de nácar.

    La Osa brilla ante mi vista,
    Y á mi...

  •  Súbito se alza un grito en las montañas
     De los valientes euskaldunes. Presta
     Todo su oído el bravo echeco-jauna,
     Que de su noble hogar guarda la puerta.
     -¡Qué es eso!, exclama- y se levanta al punto
     Su perro fiel, irguiendo las orejas.
     ¡...