• Lejos está la hermosa de la gentil garganta
    y de ojos centelleantes.
    Corcel, vuela conmigo; condúceme a su planta;
    por ella te he comprado la peregrina manta
    de raso y de brillantes.

    Por ella de preciosos regalos te he colmado
    que valen un tesoro;
    tus bridas son de plata; tu silla, de brocado,
    y en tus...

  • Azul... azul... azul estaba el cielo.
    El hálito quemaste del estío
    comenzaba a dorar el terciopelo
    del prado, en donde se remansa el río.

    A lo lejos, el humo de un bohío,
    tal de una novia el intocado velo,
    se alza hasta perderse en el vacío
    con un ondulante y silencioso vuelo.

    De pronto me dijiste: -El amor mío
    es puro y blando, así como...

  •  ¡Siempre el mismo!... Ingrato... ¿Te parece poco
    que jamás volvamos a encontrar tus huellas?
    Sí, nunca hallaremos romero más loco...
    ¡Qué cosas las tuyas! ¡Irte a las estrellas!...

     No mereces casi que así te lloremos...
    ¡Irte a las estrellas! ¡Adiós,...

  • Primer amor, tú vences la distancia,
    Fuensanta, tu recuerdo me es propicio.
    Me deleita de lejos la fragancia
    que de noche se exhala de tus tiestos,
    y en pago de tan grande beneficio
    te canonizo en estos
    endecasílabos sentimentales.

    A tu virtud mi devoción es tanta
    que te miro en el altar, como la santa
    Patrona que veneran tus zagales,...

  • Cansado el ciego Dios de herir flechero
    Las nobles almas con incendio hermoso,
    Quiso buscar sosiegos de gustoso
    Quien motiva cuidados de severo.

    Viendo de Anarda el rostro lisonjero,
    Pensó que Venus era, y delicioso
    Gustando en ella halagos de un reposo,
    Provó lo dulce, reprovó lo fiero.

    Pero después sabiendo (en lo arrogante)
    Que Anarda...

  • (Traducción de Longfellow)

    ¡Oh! pequeñuelos pies que en giro errante
    iréis por largos años
    al través de esperanzas y temores;
    que a padecer iréis, al abrumante
    peso de vuestra carga, mil dolores;
    yo que me acerco a la postrer posada
    donde tiene la paz su dulce asiento,
    pienso en vuestra jomada,
    y fatigado el corazón me siento!

    ¡Oh...

  • Hay algo en el aire, divino y sonoro,
    hay sol en tus ojos, en tus labios, pomas;
    suena mi esperanza como el agua de oro
    que viene saltando por las verdes lomas.
    Las tierras trascienden como un incensario,
    y en los cerros, lejos, canta el campanario.
    ¿En qué tiempo estamos? ¿Sabemos acaso?
    Luce el sol, dichoso. Las palomas hembras
    se alejan...

  • Sobre la cabeza del lomiyo
    Que luce en oro de su dueño el nombre,
    Como cansáo de asujetar las riendas
    Se apoya el brazo convidando al trote.
    Obedece el overo,
    Que sabe ya que al comenzar la noche,
    La inquietú de su dueño se adormece
    Como en agua e laguna el camalote,
    Y, pisando a gatitas la gramiya,
    Va saliendo del monte
    Pa rumbiar...

  • Vuelve el barco á las olas,
     Vuelve el pardillo al soto;
    Y yo á mi lira siempre,
     Siempre á mi lira torno.

    Dios, de una alma sensible,
     La hizo aliento sonoro;
    De Dios las alabanzas,
    ...

  • Ya todos ya se fueron.
    Ya todos ya te olvidan.
    Y tú quedaste solo,
    tú solo con tu vida.