• PRÓLOGO

     Manuel, en una noche del estío,
     en el sereno azul clavó los ojos;
     encendió un aromático veguero,
     y escribió esta novela. Fin del prólogo.

    I - RETRATO

        Era el...

  • Mi triste corazón babea a popa,
    mi corazón lleno de caporal:
    le escupen chorros de sopa,
    mi triste corazón babea a popa:
    entre las burlas de la tropa
    que suelta una risa general,
    mi triste corazón babea a popa,
    mi corazón lleno de caporal.

    Itifálicos y soldadescos,
    sus insultos lo han depravado.
    Por la tarde dibujan frescos
    ...

  • Mi corazón babea y popa
    de asco al cuartel y al caporal.
    Le echan cucharadas de sopa.
    Mi corazón babea y popa,
    entre las chanzas de la tropa,
    bajo una risa general.
    Mi corazón babea y popa
    de asco al cuartel y al caporal.

    Itifálicos, soldadescos,
    sus insultos le han depravado.
    Por la tarde dibujan frescos
    itifálicos,...

  • JULIÁN
    Yo haga tan malo el partido
    en esa junta cuñao,
    todos los que yo he topao
    güenasos me han parecido.

    Dispués que se discursió
    como en sermón de capiya,
    un mosito cagetiya
    con mucha juerza gritó:
    «La palabra quiero yo
    porque es preciso tratar,
    que no pudiendo votar
    por los ñudos que nos ponen
    los que de este...

  • Un trovero moderno en busca de tristezas inertes, o, tal vez, de un tema cualquiera, transpone a lo gato tétrico el muro de un cementerio.

    Alma mortal, recógete y mira.

    Tenuidades lunares, pálidas sutilezas que asombran el paisaje entristecido de tumbas.

    ¡Cómo son blancos los huesos de los muertos y la calavera de la luna!

    El trovero inscribe frases, para después...

  • (traducción de VÍCTOR HUGO)

    Gime la fuente y fúnebre sudario
        envuelve el horizonte;
    mudo se extiende tras el alto monte
        el valle solitario;
        siniestros y tranquilos
    alzan sus ramas lúgubres los tilos.
        ¿No veis al través de ellos
    brillar de amor la estrella vespertina,
    y juguetear sus pálidos destellos
    en la cumbre de...

  • Va cayendo el día. Una gran paz llena las pobres mentes, cansadas del trabajo diario, y sus pensamientos toman ya los colores tiernos o indecisos del crepúsculo.

    Sin embargo, desde la cima de la montaña llega hasta mi balcón, a través de las nubes transparentes del atardecer, un gran aullido, compuesto de una multitud de gritos discordes que el espacio transforma en lúgubre armonía,...

  • La diana cantaba en los patios de los cuarteles,
    Y el viento de la mañana soplaba sobre las linternas.

    Era la hora en que el enjambre de los sueños malignos
    Tuerce sobre sus almohadas los atezados adolescentes;
    Cuando, cual un ojo sangriento que palpita y se menea,
    La lámpara en el amanecer es una mancha roja;
    Cuando el alma, bajo el peso del cuerpo rudo y...

  • ¡Lo amaba, lo amaba!
    ¡No fue sólo milagro del genio!
    Lo intuyó cuando estaba dormido,
    porque sólo en las sombras del sueño
    se nos dan las sublimes visiones,
    se nos dan los divinos conceptos,
    la luz de lo grande,
    la miel de lo bello...
    ¡Lo amaba, lo amaba!
    ¡Nacióle en el pecho!
    No se puede soñar sin amores,
    no se puede crear sin...