•  En la sala lijosa del burdel repugnante
    hay un enorme gato que duerme en la tarima,
    unos muebles muy sucios, un reló sollozante
    y un cromo de la Virgen con una cruz encima.

     Al amor del brasero, un conjunto gregario
    de grofas se calienta las manos ateridas,
    esas manos que ofrecen un beso mercenario
    en las encrucijadas de las calles perdidas.

    ...
  • Sólo al dejar de ser, Amor es fuerte!
    Y la tumba será una gran pupila,
    en cuyo fondo supervive y llora
    la angustia del amor, como en un cáliz
    de dulce eternidad y negra aurora.

    Y los labios se encrespan para el beso,
    como algo lleno que desborda y muere;
    y, en conjunción crispante,
    cada boca renuncia para la otra
    una vida de vida...

  • Nadie es autor de este poema mío, Wladimiro Mayakovski

    El sol ha aterrizado más allá de los trigales dorados,
    enviando a las montañas atestadas de altos vellones
    una mirada sensual que se resuelve en el rubor del crepúsculo.
    Abandonando la ciudad amorfa, hacia la choza cordial
    Marchan los campesinos, entonando canciones sencillas.
    Mujeres de rostro...

  • En el regazo de la tarde triste
    yo invoqué tu dolor... Sentirlo era
    ¡Sentirte el corazón! Palideciste
    hasta la voz, tus párpados de cera.

    Bajaron...y callaste...Pareciste
    oír pasar la muerte...Yo que abriera
    tu herida mordí en ella -¿Me sentiste?-
    ¡Como en el oro de un panal mordiera!

    Y exprimí más, traidora, dulcemente
    tu corazón herido...

  •  Como ya en el barrio corrió la noticia,
    algunos vecinos llegan consternados,
    diciendo en voz baja toda la injusticia
    que amarga la suerte de los desdichados...

     A principios de año, repentinamente
    murió el mayorcito... ¡Si es para asustarse:
    apenas...

  • ¿En la tierra, por la edad de piedra? ¿En el paraíso, antes de la expulsión?

    Qué sé yo. Pero lo he visto, como veo mi pluma amar la virginidad blanca, del papel.

    Un lago quieto, como espejo, que árboles multiformes esmaltan de verde.

    ¿Ambiente?... El de una flor en eclosión.

    Una forma femenina está en la naturaleza, lista a expandir sus ondas vibrátiles. Y la mano...

  • Desde este tren de ensueño,
    ferrocarril, humo negro, vía,
    mirad a las gallinas picoteando en la tierra.
    El rancho en la hondonada.
    La vaca triste.
    Y el alma mía que les canta.
    La vaca triste. El rancho en la hondonada.
    Desde este tren de ensueño,
    nada...

    He de cantarle entonces
    a las tinas solas.
    Se fueron las lavanderas
    ...

  • A los que hemos mirado –en una noche horrenda–
    a nuestra cabecera la faz de la Ignorancia,
    puesto que comprendimos, se nos cayó la venda
    y tenemos la ciencia de la sonrisa helada.

    Y vimos –presentimos más– la cosa estupenda
    y la tiniebla en que se hundirá nuestra nada
    y la noche absoluta en la perdida senda
    sin amores, sin albas, sin fin de la jornada...

  • El viejo pozo de mi vieja casa
    sobre cuyo brocal mi infancia tantas veces
    se clavaba de codos, buscando el vaticinio
    de la tortuga, o bien el iris de los peces,
    es un compendio de ilusión
    y de históricas pequeñeces.

    Ni tortuga, ni pez; sólo el venero
    que mantiene su estrofa concéntrica en el agua
    y que dio fe del ósculo primero
    que por...

  • EL ÁRBOL DEL CEMENTERIO

    No la tranquilidad de la arboleda
    que ofrece sombra fresca y regalada
    al remanso, al pastor y la manada
    y que paisaje bíblico remeda.

    No el suspiro de la ola cuando rueda
    a morir en la playa desolada,
    ni el morir de la tarde en la callada
    fronda que al ave taciturna hospeda,

    dieron a mi niñez ésta en que...