• Arroyo cristalino,
    que con susurro blando
    vas del monte a la selva
    y de la selva al prado;

    travieso cefirillo,
    que con tu aliento grato
    mueves hojas y flores
    que son gala del campo;

    parleras avecillas,
    que en trinos regalados,
    cuando el sol nace o muere,
    llenáis el aire vago;

    y cuando vive y crece
    en este suelo...

  • ¿Sabes la suerte de los que cantan
    goces y penas del corazón?
    Son hortelanos que un huerto plantan,
    do jamás gustan fruto en sazón.

    Son peregrinos que nunca encuentran
    en su camino dicha ni paz,
    y dondequiera que habitan ó entran,
    ven la injusticia de torva faz.

    Viven buscando luz y consuelo,
    viven ansiando grandeza y bien;
    pero...

  • ¡Bien hayas, himno verde, que sublimas
    en estrelladas y soberbias rimas
    triunfante numen, y a cantar animas!

    En la punta prolífica y derecha
    De tu plumada y elegante flecha,
    Mirlo garrulador plañe una endecha

    Y abro el ala parnáside, y al crudo
    Viento del agrio Cofre la sacudo,
    Y con bárbara trova te saludo.

    Corvas uñas, que amagan como...

  • Estos, amada, son sitios vulgares
    en que en el ruido mundanal se asusta
    el alma fidelísima, que gusta
    de evocar tus encantos familiares.

    Añoro dulcemente los lugares
    en donde imperas cual señora justa,
    tu voz real y tu mirada augusta
    que ungieron con su gracia mis pesares.

    Y recuerdo que en época lejana,
    por tus raras virtudes milagrosas...

  • ¿Qué castaña madeja, negra, o de oro,
    loor merece de tan rica y luenga,
    que justa envidia a tu beldad no tenga,
    cabellera feliz de la que adoro?
    Ya desatada caigas, y el pequeño
    pie besando a tu dueño,
    toda la cubras como regio manto,
    y tu dorada seda que envilece
    la que el gusano artífice nos hila
    el aura desordene juguetona;
    ora su...

  • ¡Cómo hasta el alma me llega
    mirar el llanto tenaz
    con que tu pupila ciega
    silenciosamente riega
    lo marchito de tu faz!
    Para la vista y el llanto,
    mezclando el mal con el bien,
    ojos nos dio el cielo santo:
    mas ¡ay! tus ojos no ven,
    ¡ellos que lloraron tanto!
    Fuentes de mar encendido,
    muertos a luz y color,
    vanos son para...

  • ¿Quién es, Pirra, ese amante que a tu lado,
    sobre un lecho de flores recostado,
    te contempla, te admira, te acaricia,
    te estrecha entre sus brazos amoroso,
    y con lánguido acento voluptuoso
    te dice su delicia?
    ¿En qué sitio te jura ese imprudente,
    embriagado de amor y de ternura,
    incauto contemplando tu hermosura,
    ser tuyo...

  • Bailas por antojo que al mancebo engríe;
    y "escotada" luces dos hechizos fuera,
    y en el rubio monte de tu cabellera
    una flor de grana bruscamente ríe.

    ¡Pasas, huyes, tornas y el placer deslíe
    fósforo combusto que te pinta ojera,
    y tu maridazo mira errar la hoguera
    y nada barrunta que le contraríe!

    ¡Y en el rubio monte de tu cabellera
    una...

  • Con gozo mi pluma escribe
    en tu libro de memorias
    estos versos, que aunque humildes,
    sinceros del alma brotan.
    Mujer bendita del cielo
    del cielo bendita esposa,
    mujer que diste por hijas
    en vez de mujeres, rosas.

    Tú has debido ser tan bella
    como la espléndida aurora,
    mecerse debió tu cuna
    entre perfumes y aromas,
    ser...

  • Dueña de rubios cabellos,
    Tan altiva,
    Que creéis que basta el vellos
    Para que un amante viva
    Preso en ellos
    El tiempo que vos queréis;
    Si tanto ingenio tenéis
    Que entretenéis tres galanes,
    ¿Cómo salieron mal hora,
    Mi señora,
    Tus afanes?

    Pusiste gesto amoroso
    Al primero;...