• Ricién, ricién le habían sacáo el yugo
          Al infeliz güey viejo,
    Y, llevando el compás con la cabeza,
    Rumbiaba p'al manchón de pasto fresc.,
          Una vaquiyoncita,
    Que po'el tamaño, el cuerpo y por el pelo
    Parecía importada, al tranco corto
    Se jué hacia el manso ansina como al sesgo.
    Sin ladiarse del rumbo, con los ojos
    Más bien cerráos...

  • Ir muriendo y cantando. Y bautizar la sombra
    con sangre babilónica de noble gladiador.
    Y rubricar los cuneiformes de la áurea alfombra
    con la pluma del ruiseñor y la tinta azul del dolor.

    ¿La Vida? Hembra proteica. Contemplarla asustada
    escaparse en sus velos, infiel, falsa Judith;
    verla desde la herida, y asirla en la mirada,
    incrustando un capricho...

  • Yo quiero, para componer castamente mis églogas,
    Acostarme cerca del cielo, como los astrólogos,
    Y vecino de los campanarios, escuchar soñando
    Sus himnos solemnes arrastrados por el viento.
    Las dos manos bajo el mentón, desde lo alto de la bohardilla,

    Yo veré el taller que canta y que charla;
    Las chimeneas, los campanarios, esos mástiles de la cité,
    Y...

  • Qué lindo allá en la colina
    el arador y los bueyes.
    Cielo y tierra: el horizonte
    y el arador en el vértice.

    ¿Aras labrador en tierra
    o abres surcos en el cielo?

    Ara labrador en tierra.
    Con reja de luna y bronce.
    Ara labrador en tierra.
    ¡No olvides a tus hermanos!

  • A Miguel Ángel Barona

    Guárdate tus sonrisas: mi corazón hastiado,
    como fruto en sazón, a la tierra se inclina;
    la senda ha sido larga, amiga: estoy cansado,
    y quisiera gozar de mi hora vespertina.

    Odio aquellos amores de folletín: mi herida
    no mendiga limosnas de piedades ajenas.
    Yo tengo...

  • ESCRITA en viejo dialecto eolio
    Hallé esta página dentro un infolio
    Y entre los libros de un monasterio
    Del venerable San Agustín,
    Un fraile acaso puso el escolio
    Que allí se encuentra; dómine serio...

  • Erré, cándido Gino, largo tiempo,
    Y grandemente erré. Mísera y vana
    Juzgué la vida; insulsa más que todas
    Esta presente edad. Intolerable
    Fue y pareció mi lengua a la dichosa
    Prole mortal, si es que mortal se puede
    Llamar el hombre. Entre desdén y asombro,
    Del Edén odorífero en que habita,
    Rió la alta progenie afortunada,
    Y me...

  • Erré, cándido Gino, largo tiempo,
    y grandemente erré. Mísera y vana
    juzgué la vida; insulsa más que todas
    esta presente edad. Intolerable
    fue y pareció mi lengua a la dichosa
    prole mortal, si es que mortal se puede
    llamar el hombre. Entre desdén y asombro,
    del Edén odorífero en que habita,
    rio la alta progenie afortunada,
    y me llamó infeliz...

  • Palmera brasileña, que al caminante herido
    ofrendaras tus dátiles de pasión y de olvido,
    en el desierto único: tu eres la apoteosis
    que, nimbando de incendios sus fecundas neurosis,

    cruzas por los vaivenes de su hondos desvelos
    como si fueras luna de sus noches de duelos.
    Yo traigo a tu floresta la alondra moribunda
    que, en el violín del bosque,...