Predicaba un gilito en su convento

y, para comenzar, buscó al intento,

de la Escritura Santa en los lugares,

el texto que aquí va de los Cantares

en latín anotado,

y repitió en romance, acalorado:

-¡Qué hermosas son tus tetas, oh mi hermana,

oh mi...

De un tremebundo lego acompañado,

fue a exorcizar un padre jubilado

a una joven hermosa y desgraciada

que del maligno estaba atormentada.

Empezó su conjuro

y el espíritu impuro,

haciendo resistencia,

agitaba a la joven con violencia

...

Pensativo y lloroso,
contemplando cuán tibia
Dorila mi amor oye
por hermosa y por niña,

al margen de una fuente
me asenté cristalina,
que un rosal adornaba
con su pompa florida.

El voluble murmullo
de sus plácidas linfas,
de mis...

En un carro manchego

caminaba una moza inocentona

de gallarda persona

propia para inspirar lascivo fuego.

El mayoral del carro era Farruco,

de Galicia fornido mameluco,

al que, en cualquier atasco, daba asombro

verle sacar mulas y carro al hombro...

En la crítica ocasión

de estar ayudando a misa,

le dio un terrible apretón

a un muchacho con tal prisa

que le puso en confusión.

Volvió el pobrete la cara,

y a otro rogó tiernamente

que su lugar ocupara,

y que en lance tan urgente...

Cuentan que un orador célebre en Grecia,

mansión en otro tiempo soberana

de cuanta ciencia humana

el sabio mundo aprecia,

quiso las ruinas visitar de Troya:

Simón, su amigo, el pensamiento apoya,

que aunque no es anticuario,

antes por el contrario...

Del álamo frondoso
las verdes hojas ya se han marchitado;
el segador cansado
en mitad de la mies toma reposo.
Por aquí un arroyuelo bullicioso
con aguas cristalinas corrió antes,
ora un aire inflamado
y de la seca arena el polvo ardiente
...

Hallándose cortejando

cierto fraile a una monjita,

mientras que la requebraba

le enseñaba su pi...

su pipa con que fumaba.

La monja, como era lega

y profesaba al otoño,

radiaba por darle entrada

y le enseñaba su co...

su copo...

Un gallo muy maduro,
de edad provecta, duros espolones,
pacífico y seguro,
sobre un árbol oía las razones
de un zorro muy cortés y muy atento,
más elocuente cuanto más hambriento.

«Hermano», le decía,
«ya cesó entre nosotros una guerra
que cruel...

Al tirano Dioniso, con la daga
en la toga, Damon llegó furtivo.
La fiel guardia en tropel lo hizo cautivo.
«¿Qué pretendías con la daga? ¡Habla!»
dice el monarca con sombría rabia.
«¡Del cruel tirano a la ciudad librar!»
«Con tu vida en la cruz lo has de pagar...