• En la muerte de un niño

    Así como contempla el caminante
    con los ojos llorosos
    cual se llevan los soplos del levante
    las hojas de los álamos frondosos;
    así nosotros en adversa suerte,
    con alma entristecida
    miramos como al soplo de la muerte
    se desprenden...

  • No muere el sol en el cenit, ni el río
    entre los anchos campos, que fecunda
    con sesgo curso, agota
    su sonoro caudal, ni el cierzo frío
    las verdes frondas del abril azota.
    ¡Bien tras del monte arde
    vaga la luz del día
    cuando declina la callada tarde;
    bien por la estéril playa
    sus turbias aguas la corriente envía
    donde la ola del mar...

  • En la muerte de...

    Con una palma en la mano
    acompañando al talento,
    iba un ángel junto a un hombre
    por un tortuoso sendero.

    Después de largos afanes
    pararon los dos viajeros
    bajo un bosque de laureles
    en los umbrales de un templo.

    A los acordes...

  •     Cantos de regocijo y de victoria
     Nuestras voces alzaron aquel día
     Que regia mortal mano te ceñía
     Mezquino lauro de terrestre gloria:
        
        Y hoy que a la voz de tu Hacedor acudes,
     A recibir la fúlgida diadema
     Que la inmutable Majestad Suprema
     Guarda en la eterna patria a las virtudes
        
        Hoy nuestra flaca condición...

  •  Vencía la sombra. Misterio, llegando,
    rimaba la angustia de sus misereres,
    mojando, en el suelo, los frutos de Ceres,
    la Maga del germen que lucha creando.

     Muy suave, el Deseo pasaba contando
    las cálidas noches de extraños placeres,
    diciendo los...

  • Esta noche me estiran las calles.
    Con amor de hermanas, algo llevan
    de mí que es de ellas, mis hermanas.
    Y en el hilo de oro de una estrella
                                  –fina escala–
    de mi dispara y sube, cautiva de este tiempo
    una antigua ilusión que ya olvidaba.

    Desde allá abajo asciende el canto de los
        gallos
    y un aire recién...

  • Como un noble filósofo, mi "viejo",
    en la quietud de la paterna casa,
    "Los Subterráneos de París" repasa,
    frunciendo a cada paso el entrecejo.

    Mi buena madre, con feliz gracejo,
    me proclama juicioso. Por la gasa
    del cielo silenciosamente pasa
    con tardo andar el nocturnal cortejo.

    Comentan las julietas a porfía
    los infaltables éxitos del...

  • Ay! cuántas veces en las lentas horas
    De la noche callada, antes que el sueño
    Venga á cerrar mis párpados, recorre
    Mi memoria tenaz los bellos días
    De lloros y de risas infantiles
    A que siguieron tan hermosos años!
    Sus palabras de amor entonces oigo,
    Sus votos de constancia...no cumplidos,
    Y vuelvo á ver la luz de esa mirada
    Que hundióse en...

  • Plaza de Armas, plaza de musicales nidos,
    frente a frente del rudo y enano soportal;
    plaza en que se confunden un obstinado aroma
    lírico y una cierta prosa municipal;
    plaza frente a la cárcel lóbrega y frente al lúcido
    hogar en que nacieron y murieron los míos;
    he aquí que te interroga un discípulo, fiel
    a tus fuentes cantantes y tus prados umbríos....

  • ¿Y de padres y hermanos te alejas,
    y adiós dices por siempre a la vida?
    ¿Y tus tiernos abriles convida
    a sus goces en vano el amor?
    ¿Y renuncias al fausto y riqueza
    que adornaron, oh virgen, tu cuna
    y a los bienes que brinda fortuna
    ni una lágrima da tu dolor?
    La ardua vía te muestra la hermana
    que ya guardan las santas paredes.
    Tú,...