Juan Esteban Fagetti

  • Montado en una constelación,
    así, pareces el antropoide
    cabe un pingo de mar.
    No un jinete
    sino el camalote
    que enciende la farola de una flor
    sobre el aceite móvil.

    Poeta: el soneto
    es un féretro.
    El olor del muerto
    anda en torno...

  • El zaguán y dos ventanas
    abren tres franjas de luz
    con las que pudiera hacerse
    triste, deleznable cruz.

    Este velorio en el pueblo
    es el último bastión
    de vida. A un paso del alba,
    lejos, suena una canción.

    Las calles muertas de miedo.
    Dan...

  • Mediodía: el amor, el vino, el humo,
    con las flores rosadas del sendero...
    la hora y las dudas que execró Unamuno
    con recia prosa cual un buen tendero.
    El verso fluye cada treinta días
    cuando lo impone Amor, malignamente.
    (Es fama que los bardos se han jugado...

  • Como un noble filósofo, mi "viejo",
    en la quietud de la paterna casa,
    "Los Subterráneos de París" repasa,
    frunciendo a cada paso el entrecejo.

    Mi buena madre, con feliz gracejo,
    me proclama juicioso. Por la gasa
    del cielo silenciosamente pasa
    con tardo...

  • Dulce conformidad de la treintena...
    Rostro aniñado y bello, y un silbido
    rondador por las calles siempre solas.
    Tan poca cosa, y ¡qué feliz, Dios mío!

    De gorra humilde; mujeriego siempre.
    Todo desgalichado, misterioso.
    Peleador sin rival. Trompo en la danza...

  • Hay en el gris de este lluvioso día
    cierta fiel consonancia con la pena
    que en la tristeza de mi faz morena
    insinúa parcial melancolía.

    Ni un transeúnte; ni un pájaro en la vía;
    ni un cascabel; ni una bocina suena;
    el antiguo reclamo de la cena
    rasgará...

  • En el Buceo, de noche,
    se asoman al mar los muertos
    El que no trisque confianza
    que encienda una luna. Es cierto.
    Y si los muertos se asoman,
    de noche, al mar comunero,
    es porque tañen aldaba
    modistas y zapateros.

    Son las deudas planetarias:...