Le di al pingo una ración,
y me enbitó don Miguel
a que saliese con él
pa yebarme a una riunión,
en la cual nuestra openión
diba a tratar ese día,
que de votar se astendría
por no poder consentir
el modo ruin de cumplir
que la otra gente tenía.
Seguimos nuestro camino
y parao en una puerta
vi a un gefe de cara tuerta...