• I

    Señora muy acabada:
    tened vuestra gente presta,
    que la triste hora es llegada
    de la muy solemne fiesta.
    Cuando yo un cuerno tocare,
    moveréis todas al trote,
    y a la que primer llegare, (sic)
    de aquí le suelto el escote.

    II

    Entrará vuestra...

  • - I -
    Hubo un tiempo en que atónito miraba
    a una joven, que ardiente idolatraba,
    modelo de beldad.

    "Te adoro, te idolatro", me decía;
    y en su pálida frente relucía
    pudor, virginidad.

    Y brillaban mis ojos de contento.-
    Era su hálito puro mi alimento,
    mi concierto su voz;
    ero su rostro, su mirar mi encanto;
    era su triste y...

  • El acusado es pálido y lampiño.
    Arde en sus ojos una fosca lumbre
    que repugna a su máscara de niño
    y ademán de piadosa mansedumbre.
    Conserva del oscuro seminario
    el talante modesto y la costumbre
    de mirar a la tierra o al breviario.
    Devoto de María,
    madre de pecadores,
    por Burgos bachiller en teología,
    presto a tomar las òrdenes...

  • Está Lisete, la Infantina,
    cerca del mar,
    escuchando la sonatina
    crepuscular.

    Y una azafata dice: Dueña
    te contaré
    una leyenda, alba risueña,
    que yo me sé.

    Responde la niña con leve,
    dulce mohín,
    y ya impaciente mueve el breve,
    rojo chapín.

    —El viejo Rey de la Isla de Oro
    poseía
    un rubio y cándido tesoro...

  • En las riberas vagando
    de la mar, las verdes olas
    mira Argelina y contando
    las horas que van pasando
    vierte lágrimas a solas.

    Sus lindos ojos de cielo
    en el horizonte fija,
    por ver si encuentra un consuelo
    ¡mas ay!, que es vano el anhelo
    que su corazón cobija.

    Su amante le dijo allí
    desde su buque velero:...

  • En el sucio rincón de una taberna
    fría y desmantelada,
    semejante a una lóbrega caverna,
    Jorge, el más distinguido camarada,

    una noche lluviosa nos decía
    furioso, hecho una sopa:
    «Tres meses ha que a la adorada mía
    le juré no tomarme ni una copa.

    Ella, en cambio, postrándose de hinojos,
    con un amor profundo,
    jurome, por las niñas de...

  • Lo más amacho cuñaos,
    es que un mosito dotor
    del circo conserbador
    haiga la junta alabao.
    Dijo que habían galopiao
    con rumbos pa el porvenir,
    por qué los vía seguir
    en la güeya del derecho,
    ande bajo el mesmo techo
    pronto se iban a riunir.

    Tal vez en pedo indaría
    al escrebir esas cosas,
    pues él, andubo de rosa
    con...

  • Amo, de aquella cuestión
    de ayer, pues ya me atreví,
    -¡Gracias a Dios, cobardón!
    ¿Y qué te dijo?
    que sí.

    -¿Ves, Jenaro? Si te dejo
    no llegas nunca a animarte
    y te me mueres de viejo
    con las ganas de casarte.

    Me gusta la valentía.
    Y la lengua, ¿se enredó?
    -Pues, mire usted, yo creía
    que iba a ser más; pero no.

    Y...

  • Andas por esos mundos como yo; no me digas
    Que no existes, existes, nos hemos de encontrar;
    No nos conoceremos, disfrazados y torpes,
    Por los anchos caminos echaremos a andar.

    No nos conoceremos, distantes uno de otro
    Sentirás mis suspiros y te oiré suspirar.
    ¿Dónde estará la boca, la boca que suspira?
    Diremos, el camino volviendo a desandar.

    ...