Un convite que hizo a su madrastra

I Señora muy acabada: tened vuestra gente presta, que la triste hora es llegada de la muy solemne fiesta. Cuando yo un cuerno tocare, moveréis todas al trote, y a la que primer llegare, (sic) de aquí le suelto el escote. II Entrará vuestra merced, porque es más honesto entrar, por cima de una pared y dará en un muladar. Entrarán vuestras doncellas por bajo de un albollón, hallaréis luego un rincón donde os pongáis vos y ellas. III Por remedio del cansancio10 de este salto peligroso, hallaréis luego un palacio hecho para mi reposo; sin ningún tejado el cielo, cubierto de telarañas, ortigas por espadañas, derramadas por el suelo. IV Y luego que hayáis entrado, volveréis a mano izquierda; hallaréis luego un estrado con la escalera de cuerda; por alcatifa una estera; por almohadas, albardas con hilo blanco bordadas, la paja toda de fuera. V La cama estará al sereno, hecha a manera de lío y un colchón de pulgas lleno y de lana muy vacío; una sábana no más dos mantas de lana lucia, una almohada tan sucia que no se lavó jamás. VI Asentaréis en un poyo mucho alto y muy estrecho; la mesa estará en un hoyo, porque esté más a provecho; unos manteles de estopa; por paños, paños menores: servirán los servidores en cueros vivos, sin ropa. VII Yo entraré con el manjar, vestido de aqueste son; sin camisa, en un jubón sin mangas y sin collar; una ropa corta y parda, aforrada con garduñas; y por pestañas, las uñas, y en el hombro una espingarda. VIII Y unas calzas que de rotas ya no pueden atacarse, y unas viejas medias botas que rabian por abajarse: tan sin suelas, que las guijas me tienen quitado el cuero; y en la cabeza un sombrero que un tiempo fue de vedijas. IX Vendrá luego una ensalada de cebollas albarranas, con mucha estopa picada y cabezuelas de ranas; vinagre vuelto con hiel, y su aceite rosado, en un casquete lanzado, cubierto con un broquel. X El gallo de la Pasión vendrá luego tras aquesto, metido en un tinajón, bien cubierto con un cesto, y una gallina con pollos, y dos conejos tondidos, y pájaros con sus nidos cocidos con sus repollos. XI Y el arroz hecho con grasa de un collar viejo, sudado, puesto por orden y tasa, para cada uno un bocado, por azúcar y canela, alcrebite por ensomo, y delante el mayordomo con un cabo de candela. XII Acabada ya la cena, vendrá una pasta real hecha de cal y arena, guisada en un hospital; hollín y ceniza ensomo en lugar de cardenillo, hecho un emplasto todo y puesto en el colodrillo. XIII La fiesta ya fenecida, entrará luego una dueña con una hacha encendida, de aquellas de partir leña, con dos velas sin pabilos, hechas de cera de orejas; las pestañas y las cejas bien cosidas con dos hilos. XIV Y en el un pie dos chapines y en el otro una chinela; en las manos escarpines, y tañendo una vihuela; un tocino, por tocado; por sartales, un raposo; un brazo descoyuntado y el otro todo velloso. XV CABO Y una saya de sayal forrada en peña tajada, y una pescada cicial de la garganta colgada, y un balandrán rocegante, hecho de nueva manera: las faldas todas delante, las nalgas todas de fuera.

Collection: 
1460

More from Poet

I Ved qué congoja la mía, ved qué queja desigual que me aqueja, que me crece cada día un mal teniendo otro mal que no me deja; no me deja ni me mata, ni me libra ni me suelta, ni me olvida; mas de tal guisa me trata, que la muerte anda revuelta con mi vida. II Con mi vida no me hallo, porque...

I Señora muy acabada: tened vuestra gente presta, que la triste hora es llegada de la muy solemne fiesta. Cuando yo un cuerno tocare, moveréis todas al trote, y a la que primer llegare, (sic) de aquí le suelto el escote. II Entrará vuestra merced, porque es más honesto entrar, por cima de una...

Mi saber no es para solo, dadme plazo hasta el martes, pues imos donde hay las artes que hablan, señor, del Polo. Mas de tal saber ayuno digo, sin acuerdo alguno, que debemos todos ir a vuestro mando cumplir señor, que no quede uno.

Los males que son menores de amor, es mi opinión que más y mayores son de los que de él son mayores; y el Dios de los amadores no da favor ni destierra cuando son merecedores; mas do la virtud se encierra, la gracia cobra más tierra.

Entre dos fuegos lanzado, donde amor es repartido, del uno soy encendido, del otro cerca quemado; y no sé yo bien pensar cuál será mejor hacer; dejarme más encender o acabarme de quemar: decid qué debo tomar.