El acusado es pálido y lampiño. Arde en sus ojos una fosca lumbre que repugna a su máscara de niño y ademán de piadosa mansedumbre. Conserva del oscuro seminario el talante modesto y la costumbre de mirar a la tierra o al breviario. Devoto de María, madre de pecadores, por Burgos bachiller en teología, presto a tomar las òrdenes menores. Fue su crimen atroz. Hartóse un día de los textos profanos y divinos, sintió pesar del tiempo que perdía enderezando hipérbatos latinos. Enamoróse de una hermosa niña; subiósele el amor a la cabeza como el zumo dorado de la viña, y despertó su natural fiereza. En sueños vio a sus padres —labradores de mediano caudal —iluminados del hogar por los rojos resplandores, los campesinos rostros atezados, Quiso heredar. ¡Oh guindos y nogales del huerto familiar verde y sombrío, y doradas espigas candeales que colmarán las trojes del estío!. Y se acordó del hacha que pendía en el muro, luciente y afilada; el hacha fuerte que la leña hacía de la rama de roble cercenada. ..................................... Frente al reo, los jueces en sus viejos ropones enlutados y una hilera de oscuros entrecejos y de plebeyos rostros —los jurados. El abogado defensor perora, golpeando el pupitre con la mano; emborrona papel un escribano, mientras oye el fiscal, indiferente, el alegato enfático y sonoro, y repasa los autos judiciales o, entre sus dedos, de las gafas de oro acaricia los límpidos cristales. Dice un ujier: «Va sin remedio al palo.» El joven cuervo la clemencia espera. Un pueblo carne de horca, la severa justicia aguarda que castiga al malo.
Un criminal
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Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... - La tarde cayendo está-. "En el corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día: ya no siento el...
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Yo escucho los cantos de viejas cadencias, que los niños cantan cuando en coro juegan, y vierten en coro sus almas que sueñan, cual vierten sus aguas las fuentes de piedra: con monotonías de risas eternas, que no son alegres, con lágrimas viejas, que no son amargas y dicen tristezas, tristezas...
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Y podrás conocerte recordando del pasado soñar los turbios lienzos, en este día triste en que caminas con los ojos abiertos. De toda la memoria, sólo vale el don preclaro de evocar los sueños.
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Y nada importa ya que el vino de oro rebose de tu copa cristalina, o el agrio zumo enturbie el puro vaso... Tú sabes las secretas galerías del alma, los caminos de los sueños, y la tarde tranquila donde van a morir... Allí te aguardan las hadas silenciosas de la vida, y hacia un jardín de eterna...
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¿Y ha de morir contigo el mundo mago donde guarda el recuerdo los hálitos más puros de la vida, la blanca sombra del amor primero, la voz que fue a tu corazón, la mano que tú querías retener en sueños, y todos los amores que llegaron al alma, al hondo cielo? ¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo...