• Acostado sobre la tierra, en la calma absoluta de la noche, hilvano incoherencias.

    Mis oídos se tienden hacia los sonidos. Un vago rumor, hecho de mil imperceptibles. Junto a mí, un pasto que escapa al peso del cuerpo cruje apenas. Y los otros, esos que crecen, también tendrán su canto.

    Bruscamente evoco el zumbido inmenso de la tierra, en su girar sobre sí misma, mientras cruza...

  • ¡Me asusto de mí mismo!
    ¡Yo quisiera esconderme en un abismo
    más profundo que el mar!
    ¿La fosa, el polvo inerte?...
    ¡Mi muerte no es remedio de su muerte;
    ansío más, aún más!

    Mi mal imponderable
    pide de amor un piélago insondable;
    pero éste, ¿en dónde está?...
    ¡Me arrastro, casi muerto,
    en tu costado, por mi dicha, abierto,
    ...

  •  Si te sientas como anoche junto al piano,
    a mis ruegos insensible, taciturna:
    fugitiva de aquel aire wagneriano
    que tú sabes. Si, cual trágica nocturna,

     traes la sombra del mutismo caprichoso
    de unos celos singulares y tardíos,
    volveremos a rozar el...

  • Cuidado; ella viene
    debajo de la nieve,
    ¡Susurra!, que escucha,
    creciendo margaritas

    Vivo pelo de oro,
    con la mancha muerto,
    de quien joven y bella,
    en el polvo cayó.

    Blanco de nieve, lirio,
    por poco no supo,
    que era una mujer; miro,
    lo dulce que floreció.

    Sepulcro y mesa de
    dura piedra, oprime,
    su pecho; mi...

  •  Hoy ha tosido mucho. Van dos noches
    que no puede dormir; noches fatales,
    en esa oscura pieza donde pasa
    sus más amargos días, sin quejarse.

     El taller la enfermó, y así, vencida
    en plena juventud, quizás no sabe
    de una hermosa esperanza que acaricie...

  • ¡Sin lágrimas, sin quejas,
    sin decirlas adiós, sin un sollozo!
    cumplamos hasta lo último. . . la suerte
    nos trajo aquí con el objeto mismo,
    los dos venimos a enterrar el alma
    bajo la losa del escepticismo.
    Sin lágrimas... las lágrimas no pueden
    devolver a un cadáver la existencia;
    que caigan nuestras flores y que rueden,
    pero al rodar,...

  • La adoré y era mujer
    Que, en sus viarazas de amor,
    Hizo a los celos arder
    Sobre mis sueños en flor.
    Quise odiarla, y jué pa pior,
    Porque me costó aprender
    Que no hay dolor más dolor
    Que el dolor de no querer...
    Si ya no la he de olvidar
    Y no me arroyo al sufrir,
    ¡Qué otra cosa vi'anhelar
    Que una achura pa vivir,
    Su...

  • Déjame, pensamiento,
    déjame por piedad un solo instante;
    no apures el tormento
    de las penas sin cuento,
    que el corazón me agitan delirante.

    Bien sé que condenado
    estoy a recorrer la triste vía
    que el dolor me ha trazado;
    bien sé que no me es dado
    arrancar de mi pecho la agonía.

    No se para el torrente
    al descender del monte a...

  • ¡Ni que ver! Que le chanto las cacharpas
    Al overo rabón y ayá enderiezo,
    Y si anda macaquiando la chiniya,
    Me la cazo del pelo,
    A filo de facón corto la trenza
    Y se la priendo al marlo de mi overo...
    -¿Y dispués?
            -Y dispués, a la frontera,
    Que en el mundo, P'al gáucho que no es lerdo,
    Nunca falta un churrazco, aunque el ganarlo...

  • Trueno!... Enorme alarido
    de la negrura desgarrada, fiera
    voz del gran nubarrón, que, suspendido
    del azul, mancha la infinita esfera:
    Yo aplaudo tu estallido!

    Hijo del rayo torvo, d‘ese inicuo
    devastador que ciegamente mata
    con su visaje lúgubre y oblicuo
    cuando el ciclón su cólera desata:
    ¡Tu fragor me enajena y me arrebata!

    De...