Cuidado; ella viene
debajo de la nieve,
¡Susurra!, que escucha,
creciendo margaritas
Vivo pelo de oro,
con la mancha muerto,
de quien joven y bella,
en el polvo cayó.
Blanco de nieve, lirio,
por poco no supo,
que era una mujer; miro,
lo dulce que floreció.
Sepulcro y mesa de
dura piedra, oprime,
su pecho; mi corazón
solo oprimo, ¡se fue!
Lira o soneto que
ella no escucha, ¡paz!
aquí mi vida con ella,
y toda enterrada ¡echad tierra!