• Me moriré en París con aguacero,
    un día del cual tengo ya el recuerdo.
    Me moriré en París -y no me corro-
    talvez un jueves, como es hoy de otoño.

    Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
    estos versos, los húmeros me he puesto
    a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
    con todo...

  • Nació de un rayo de luna, sobre un muro blanco, y alegre va, desparramando amores.

    Son las doce, hora de las apariciones.

    Su dedo, fosforescente, abre en París la herida luminosa de Montmartre, y, como mariposas sorbidas por la luz, un vuelo de hetairas cae en remolino. Y como negro bordoneo de insectos, los sedientos de alcohol, de erotismo, de vicio.

    Todos llevan en el...

  • I
    Pardas o grises, donde no musgosas,
    Tres tapias; y cuadrando el vergelillo,
    Reja oculta en verdor florido en rosas,
    Que son como de un ámbar amarillo.

    Césped. Un pozo con brocal de piedra,
    Lirios, Nardos, Jazmines, Heliotropos.
    Un copudo laurel que al sesgo medra,
    Con telarañas como grandes gropos.

    Un firmamento rubio. Vésper brilla,...

  • PLAN CURATIVO

    –¡Niña!
              –¡Mamá!
    –¿Qué te pasa?
    ¿No vienes a la novena
    –¡Ay, mamá, si no estoy buena!
    –¿Que no? Pues quédate en casa.
    –¿Y vas sola?
              –Claro está.
    –¡Yo lo siento!
              –No te apures.
    Es preciso que te cures.
    Acuéstate.
              –¡No, mamá!...
    –¿A ver, qué sientes?...

  • Tus hechizos, mujer, la eterna Suerte
    para blanco creó de mis sentidos:
    los ojos me los hizo para verte,
    y para oír tu acento mis oídos;
    me dio alma para amarte hasta la muerte;
    y aún después que estuvieren desunidos
    mi alma y mi cuerpo para siempre, espero
    que te tengo de amar como primero.
    Pienso que te he querido en otro mundo,
    y sentí,...

  • Baje a la playa la dulce niña,
    perlas hermosas le buscaré,
    deje que el agua durmiendo ciña
    con sus cristales su blanco pie...

    Venga la niña risueña y pura,
    el mar su encanto reflejará
    y mientras llega la noche oscura
    cosas de amores le contará.

    Cuando en levante despunte el día
    verá las nubes de blanco tul
    - como los...

  • Árboles desnudos
    corren una carrera
    por el rectángulo de la plaza.
    En sus epilépticos esqueletos
    de volcadas sombrillas
    se asientan,
    en bandada compacta,
    los amarillos
    focos luminosos.

    Bancos inhospitalarios,
    húmedos
    expulsan de su borde
    a los emigrantes soñolientos.
    Oyendo fáciles arengas ciudadanas,
    un...

  • Si he de seguir en este ingrato suelo
    de amargura y dolor,
    rasga de lo alto el azulado velo,
    ¡por compasión, Señor!

    Véala yo en el cielo, ángel o estrella,
    vaga o radiante luz,
    nubecilla, arrebol, paloma bella
    anidada en tu cruz.

    La hiciste una mañana esposa mía,
    y gracias yo te di,
    y no expiraba el comenzado día
    cuando ya...

  • ¡Oh luna! que diriges como sportwoman sabia
    Por zodíacos y eclípticas tu lindo cabriolé:
    Bajo la ardiente seda de tu cielo de Arabia
    ¡Oh luna, buena luna!, quién fuera tu Josué.

    Sin cesar encantara tu blancura mi tienda,
    Con desnudes tan noble que la agraviara el tul;
    Oh extasiado en un pálido antaño de leyenda
    Tu integridad de novia perpetuara el...

  • ¡Eres un hermoso cielo de otoño, claro y rosado!
    Pero la tristeza en mí sube como el mar,
    Y deja, al refluir, sobre mi labio moroso
    El recuerdo penetrante de su limo amargo.

    —Tu mano se desliza en vano sobre mi pecho que se pasma;
    Lo que ella busca, amiga, es un lugar saqueado
    Por la garra y el diente feroz de la mujer.
    No busques más mi corazón; las...