• ME siento como el arbol: de la tierra
    Brotó mi ser y por la tierra aliento;
    Pido á la tierra goce y alimento,
    Ella el pasado y el presente encierra.

    Pero al rayo de luz que de la altura
    Me da vida y ventura,
    Y por el que otra vida he concebido,
    Vida y ventura sin cesar le pido.

  • Árbol de flores vestido,
    de cantoras aves solio,
    auras bullendo en la copa,
    al pie cantando el arroyo.

    Le ornó el alba con diamantes,
    el mediodía con oro,
    la tarde le dio su estrella,
    la noche amor y reposo.

    Cubriose el suelo de luto,
    retumbaron truenos roncos.
    ¡Brilló la lumbre del rayo
    y el árbol humeó en despojos!

    ...
  • Al pie nace de una cuna
    El árbol de la esperanza;
    Y al son del viento se mece,
    Frágil cual trémula caña:
    Sólo un instante por dicha
    Manso el céfiro le halaga,
    Que el cierzo helado lo seca,
    Y el austro ardiente lo abrasa.
    Crece, da vistosas flores,
    Y el fruto rara vez cuaja:
    Cual tierna flor del almendro,
    Muere por nacer temprana...

  • EL ÁRBOL DEL CEMENTERIO

    No la tranquilidad de la arboleda
    que ofrece sombra fresca y regalada
    al remanso, al pastor y la manada
    y que paisaje bíblico remeda.

    No el suspiro de la ola cuando rueda
    a morir en la playa desolada,
    ni el morir de la tarde en la callada
    fronda que al ave taciturna hospeda,

    dieron a mi niñez ésta en que...

  •        El árbol tenía un letrero
    que solo los pájaros podían leer:

    ”Se alquilan ramas para nidos”,
    decían las letras
    que un hombre no habría podido leer.

           A pesar del anuncio,
    ningún pájaro vino
    a hacer su nido
    en este árbol, que muere de tristeza,
    gacha la cabeza,
    al borde del camino.

  • Un árbol que vegetaba
    en apartado sendero,
    así a un pájaro viajero
    con tristes voces hablaba:

    «Yo a la tierra estoy sujeto,
    y tú en el éter vacío
    te espacias a tu albedrío:
    tú vives y yo vegeto.
    ¡Ah! ¡Cuánta parte del mundo
    recorres en sólo un día,
    con sin igual alegría,
    con deleite sin segundo!
    Adonde te place vas,...

  • De la anhelada victoria
    perdida ya la esperanza,
    podrá tan solo la muerte
    aliviar nuestra desgracia.
    Al fuego de los cristianos
    es la resistencia vana,
    y todo cede ante el filo
    de sus cortantes espadas.
    A sus golpes formidables
    tal vez sucumbido haya
    el más valiente cacique
    de la tierra de Agueinaba;
    sin su aliento...

  • I

    No fue una reina
    de las Españas,
    fue la alegría
    de una majada.
    Trece años cumple
    para la Pascua
    la cabrerilla
    de Casablanca.
    Su pobre madre
    sola la manda
    todas las tardes
    a la majada.
    Lleva ropillas,
    lleva viandas
    y trae jugosa
    leche de cabras.
    Vuelve de noche,
    porque es muy larga,...