I
Por más que un Rómulo crítico
desprecie tu numen poético,
porque envidioso y raquítico
le irrita todo lo atlético;
levanta tu voz homérica,
y siempre entusiasta y lírico,
entre tu mano colérica,
rompe su dardo satírico.
Y estalla en versos eufónicos,
uniendo a tu tierno cántico,
esos latidos armónicos
de tu...