• ¿Habéis visto el simoun? Cuando en las pampas
    do el sol abrasa la radiante arena,
    se arremolina enfurecido, y ruge,
    y lanza de su seno la tormenta;

    revuelta en los espacios la balumbo
    de calcinado polvo, el dio trueca
    en negra noche de pavor y espanto,
    do todo es luto, confusión, tinieblas...

    El tiempo así, que avanza presuroso
    con...

  • «Quien coja audaz el fruto de la ciencia
    perderá el Paraíso.»
    Tal fue del cielo eterna la sentencia.
    ¡Ay!, ¡infeliz de aquel a quien consume
    la llama de su genio! ¡Ay de quien quiso
    ceñir laurel amargo y sin perfume!
    Que hoy no evita la frente que lo lleva,
    cual otro tiempo, el rayo; hoy es la fama
    un crimen: ¡ay del que a su altar se atreva!...

  • Canto a los ilustres viajeros M. M. Wilhelm Reiss y Adolph Stübel, con motivo de su ascensión al Cotopaxi y al Tungurahua.

    En otros tiempos los sublimes vates,
    del estro divinal arrebatados,
    dioses y héroes cantaban, en combates
    estupendos mezclados,
    cuyo espantoso estruendo
    hasta el trono de Jove estremecía;
    o bien, de audacia llenos,...

  • I

    Medio oculta entre la selva
    como un nido entre las ramas,
    y medio hundido en el fondo
    tranquilo de una cañada,
    allá por aquellos tiempos
    hubo en Landín una casa
    que no por ser tan sencilla
    ni de un fecha tan larga,
    era menos pintoresca,
    ni tampoco menos blanca.
    Sombreaba su puerta un olmo
    de hojosas y verdes ramas,...

  • De un junco desprendido a una corriente
    un gusano cayó,
    y una trucha, saltando de repente,
    voraz se lo tragó.
    Un martín-pescador cogió a la trucha
    con carnívoro afán;
    y al pájaro después, tras fiera lucha,
    lo apresó un gavilán.
    Vengando esta cruel carnicería,
    un diestro cazador
    dio un tiro al gavilán que...

  •  El barrio le admira. Cultor del coraje,
    conquistó, a la larga renombre de osado;
    se impuso en cien riñas entre el compadraje
    y de las prisiones salió consagrado.

     Conoce sus triunfos y ni aun le inquieta
    la gloria de otros, de muchos temida,
    pues...

  • ¡Mirad! ¡es una noche de fiesta
    en los solitarios años últimos!
    Una multitud angélica, alada, ornada
    con velos, e inundada en lágrimas,
    se sienta en un teatro para ver
    una comedia de esperanzas y temores,
    mientras la orquesta susurra a su capricho
    la música de las esferas.

    Mimos, en forma de Dios en las alturas
    murmuran y farfullan en voz...

  • Melancólico espíritu, en otros tiempos enamorado de la lucha,
    La Esperanza, cuya espuela acuciaba tu ardor,
    ¡No quiere más montarte! Acuéstate sin pudor,
    Viejo caballo cuyos cascos en cada obstáculo chocan.

    Resígnate, corazón mío; duerme tu sueño de bruto.

    Espíritu vencido, ¡despeado! Para ti, viejo merodeador,
    El amor no tiene más gusto, no más que la...

  • I

    Llega, y con tono magistral y grave
    de la palabra al punto se apodera,
    y empieza a disertar sobre cualquiera
    materia, porque todas se las sabe.
    No habla más largo ni seguido el ave
    que nuestro idioma imita vocinglera;
    y aunque su voz apague la ronquera,
    ni remota esperanza hay de que acabe.
    Crece en tanto el fastidio, el tiempo...