Ah, yo soy como tú… también fui río,
me deslicé por sobre blanda arena,
bajo un cielo de bóveda serena,
y recorrí la vega y el plantío!
Más tarde… la fatiga y el hastío
y más que todo la desdicha ajena,
al repletar mi corazón de pena,
me sentí desplomado en el vacío!
Y estoy cayendo en el abismo oscuro
de mi dolor, letal, sordo, infinito...