• Diciembre de 1918
    (Granada)
    A Ramón P. Roda

    Hay dulzura infantil
    En la mañana quieta.
    Los árboles extienden
    Sus brazos a la tierra.
    Un vaho tembloroso
    Cubre las sementeras,
    Y las arañas tienden
    Sus caminos de seda
    -Rayas al cristal limpio
    Del...

  • Por la siena turbia de los mondos llanos,
    sin gritos metálicos, sin voz de tambores,
    van las cabalgatas de los soberanos
         Estados Mayores.

    Los grises capotes, los cascos bruñidos,
    las caras de vieja de los mariscales
    gotosos o hepáticos que lanzan gruñidos
         breves y fatales...

    Las gafas de oro de los comandantes
    cercan los ojuelos...

  • ¡Ahí vienen, ahí vienen!
    ¿No los veis?

    Las piernas oscilando, rítmicamente, como metrónomo. Merecen ser una invención prusiana.

    «Die Filosofen».

    Aquí han venido observadores de rostro importante. Estudian los caracteres, mirando en los ojos y...

  • Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
    Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
    la resaca de todo lo sufrido
    se empozara en el alma... ¡Yo no sé!.

    Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
    en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
    Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
    o los heraldos negros que nos manda la muerte...

  • Libros devorados llenos de ansia
    allá por los años ya corridos.
    ¡Tomos diminutos por siempre idos!
    ¡Páginas dilectas de mi infancia!

    Libros predilectos. Libros viejos.
    Libros delirantes de ternura.
    Páginas henchidas de locura
    de interrogaciones y consejos.

    Sangran todavía las heridas
    viejas, que dejara el libro triste;
    siguen...

  •  Una noche de invierno, tan cruda
    que se fué del portal la Miseria,
    y en sus camas de los hospitales
    lloraron al hijo las madres enfermas,
    con el frío del Mal en el alma
    y el ardor del ajenjo en las venas,
    tras un hosco silencio de angustias,
    un pobre borracho cantó en la taberna:

    ...

  • Los mendigos pelean por España,
    mendigando en París, en Roma, en Praga
    y refrendando así, con mano gótica, rogante,
    los pies de los Apóstoles, en Londres, en New York, en Méjico.
    Los pordioseros luchan suplicando infernalmente
    a Dios Por Santander,
    la lid en que ya nadie es derrotado.
    Al sufrimiento antiguo
    danse, encarnízanse en llorar plomo...

  • Y, desgraciadamente,
    el dolor crece en el mundo a cada rato,
    crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
    y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
    y la condición del martirio, carnívora voraz,
    es el dolor dos veces
    y la función de la yerba purísima, el dolor
    dos veces
    y el bien de sér, dolernos doblemente.

    Jamás, hombres...

  • Mi padre duerme. Su semblante augusto
    figura un apacible corazón;
    está ahora tan dulce...
    si hay algo en él de amargo, seré yo.

    Hay soledad en el hogar; se reza
    y no hay noticias de los hijos hoy.
    Mi padre se despierta, ausculta
    la huída a Egipto, el estañante adiós.
    Está ahora tan cerca;
    si hay algo de él de lejos, seré yo.

    ...
  • LOS PENSADORES VENCIDOS

    Para José Gálvez.

    Por la Roma vencedora
    pasa la Grecia vencida, pero siempre soñadora...
    Al coro
    de monocordios de oro
    van las cabezas hermosas...