De noche, bajo el cielo desolado,
pienso en tu amor y pienso en tu abandono,
¡y miro en mi interior deshecho el trono
que te alcé como a un ídolo sagrado!
¡Al ver mi porvenir despedazado
por tu infidelidad, crece mi encono!
Mas, como sé que sufres, te perdono...
¡Oh, tú jamás me hubieras perdonado!
Mis lágrimas, en trémulo derroche,
...