Gustavo Adolfo Bécquer

  • En la clave del arco ruinoso
    cuyas piedras el tiempo enrojeció,
    obra de un cincel rudo campeaba
    el gótico blasón.

    Penacho de su yelmo de granito,
    la yedra que colgaba en derredor
    daba sombra al escudo en que una mano
    tenía un corazón.

    A...

  • Al ver mis horas de fiebre
    e insomnio lentas pasar,
    a la orilla de mi lecho,
    ¿quién se sentará?

    Cuando la trémula mano
    tienda próximo a expirar
    buscando una mano amiga,
    ¿quién la estrechará?

    Cuando la muerte vidríe
    de mis ojos el cristal...

  • Dices que tienes corazón y sólo
    lo dices porque sientes sus latidos.
    Eso no es corazón...; es una máquina
    que al compás que se mueve hace ruido.


    ...
  • Para que los leas con tus ojos grises,
    para que los cantes con tu clara voz,
    para que llenen de emoción tu pecho,
    hice mis versos yo.

    Para que encuentren en tu pecho asilo
    y les des juventud, vida, calor,
    tres cosas que yo no puedo darles,
    hice mis...

  • XIII.

     
     Tu pupila es azul, y cuando ríes,
    Su clarídad suave me recuerda
    El trémulo fulgor de la mañana
    ...

  • Sobre la falda tenía
     El libro abierto;
    En mi mejilla tocaban
     Sus rizos negros;
    No veíamos las letras
     ...

  • Su mano entre mis manos,
    sus ojos en mis ojos,
    la amorosa cabeza
    apoyada en mi hombro,

    ¡Dios sabe cuántas veces,
    con paso perezoso,
    hemos vagado juntos
    bajo los altos olmos
    que de su casa prestan
    misterio y sombra al pórtico!
    Y ayer...

  • Hoy como ayer, mañana como hoy
    ¡y siempre igual!
    Un cielo gris, un horizonte eterno
    y andar..., andar.

    Moviéndose a compás como una estúpida
    máquina, el corazón;
    la torpe inteligencia del cerebro
    dormida en un rincón.

    El alma, que ambiciona un...

  • Primera voz
    Las ondas tienen vaga armonía,
    Las violetas suave olor,
    brumas de plata la noche fría,
    luz y oro el día;
    yo algo mejor:
    ¡yo tengo Amor!

    Segunda voz
    Aura de aplausos, nube rabiosa,
    ola de envidia que...

  • Apoyando mi frente calurosa
    en el frío cristal de la ventana,
    en el silencio de la oscura noche
    de su balcón mis ojos no apartaba.

    En medio de la sombra misteriosa
    su vidriera lucía iluminada,
    dejando que mi vista penetrase
    en el puro santuario de su...