• A mi idolatrada esposa Jesús Dávila y Heredia

    Versos de fuego, con mi sangre escritos,
    que condensen mis ayes infinitos
    en un solo clamor, y a la futura
    edad transmitan el recuerdo infausto
    de esta incomparable desventura;
    versos que inmortalicen tu holocausto,
    a par de mi agonía,
    lamentando el rigor de nuestra suerte,
    quisiera...

  • De pesar una lágrima sentida
    No brote, no, de tus hermosos ojos:
    ¿Por qué llorar mi muerte si mi vida
    Era un erial de espinas y de abrojos?

    No puede ser mi luz el dulce brillo
    Que derrama en efluvios tu pupila,
    Y es mi infierno el que irradia del anillo
    Que otro en tu mano colocó, Lucila.

    ¿Qué iba a hallar este pobre peregrino
    A un...

  • Belleza de dolor, en quien pensaba
    fijar mi corazón, y hallar ventura,
    adiós te digo, ¡adiós! Cuando miraba
    respirar en tu frente calma y pura
    el ingenio candor, y en tu sonrisa
    y en tus ojos afables
    brillar la inteligencia y la ternura,
    necio me aluciné. Mi fantasía,
    a la imagen de amor siempre inflamable,
    en tu bello semblante me ofrecía...

  • Adiós

    May we meet as we part with a tear.
    Byron....

  • Y nunca más la tierra de ceniza
    he de volver a ver, que el Duero abraza.
    ¡Oh loma de Santana, ancha y maciza;
    placeta del Mirón; desierta plaza
    con el sol de la tarde en mis balcones,
    nunca os veré! No me pidáis presencia;
    las almas huyen para dar canciones:
    alma es distancia y horizonte: ausencia.
    Mas quien escuche el agria melodía
    ...

  • Después de que el destino
    me ha hundido en las congojas
    del árbol que se muere
    crujiendo de dolor,
    truncando una por una
    las flores y las hojas
    que al beso de los cielos
    brotaron de mi amor.

    Después de que mis ramas
    se han roto bajo el peso
    de tanta y tanta nieve
    cayendo sin cesar,
    y que mi ardiente savia
    se ha...

  • Obrera sublime,
    bendita señora:
    la tarde ha llegado
    también para vos.
    ¡La tarde, que dice:
    descanso!…la hora
    de dar a los niños
    el último adiós.
    Mas no desespere
    la santa maestra:
    no todo en el mundo
    del todo se va;
    usted será siempre
    la brújula nuestra,
    ¡la sola querida
    segunda mamá!
    ...

  • Pues que del destino en pos
    débil contra su cadena,
    frente al deber que lo ordena
    tengo que decirte adiós;

    Antes que mi boca se abra
    para dar paso a este acento,
    la voz de mi sentimiento
    quiere hablarte una palabra.

    Que muy bien pudiera ser
    que cuando de aquí me aleje,
    al decirte adiós, te deje
    para no volverte a ver.

    Y...

  • Adiós, Patria adorada, región del sol querida,

    perla del Mar de Oriente, nuestro perdido edén,

    a darte voy, alegre, la triste, mustia vida;

    y fuera más brillante, más fresca, más florida,

    también por ti la diera, la diera por tu bien.

    En campos de batalla, luchando con delirio,

    otros te dan sus vidas, sin dudas, sin pesar.

    El sitio nada...