De pesar una lágrima sentida No brote, no, de tus hermosos ojos: ¿Por qué llorar mi muerte si mi vida Era un erial de espinas y de abrojos? No puede ser mi luz el dulce brillo Que derrama en efluvios tu pupila, Y es mi infierno el que irradia del anillo Que otro en tu mano colocó, Lucila. ¿Qué iba a hallar este pobre peregrino A un desierto sin término lanzado? ¡Adelfas y cicuta en su camino? ¡Oh, no las hay en el sepulcro helado! En el mar proceloso de la vida El amor es el puerto de bonanza; ¿Y a dónde guiar mi nave combatida Si mi amor es amor sin esperanza? ¡Venga el rayo de plomo, que hoy por suerte Sobre mi frente, amenazante oscila; Y en la mansión oscura de la muerte La paz recobre el corazón, Lucila!
Adiós
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¡Ya todo se acabó!... Dejad que el pecho Por un instante con mi mano oprima, Dejad que el llanto de mis ojos corra, Dejad que mi alma sollozando gima. Es, señora, mi llanto postrimero, Llanto del triste corazón herido, Es mi último sollozo en este mundo, Es en la tierra mi postrer gemido. Llorar...
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El alma del que sufre es noche triste: Toldada está por el pesar sombrío, Y las amargas lágrimas que vierte Son, Lucila, sus gotas de rocío Halla quien nace bajo estrella amiga, Florida primavera en su existencia, Y hasta el cielo, propicio, le sonríe Del éter tras la clara transparencia. Tú de...
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En un overo rosao, Flete nuevo y parejito, Caía al bajo, al trotecito, Y lindamente sentao, Un paisano del Bragao, De apelativo Laguna: Mozo jinetazo ¡ahijuna!, Como creo que no hay otro, Capaz de llevar un potro A sofrenarlo en la luna. ¡Ah criollo! si parecía Pegao en el animal, Que aunque era...
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Ahora sí que eres mía... En el sepulcro Puedo llorarte solo mi Lucila. Te envenenó el gusano, rico, enfermo, Pero tu estrella para mí rutila. En las joyantes noches del estío, Cuando era tu vivir una alborada teñida cual las plumas de un flamenco Por una luz dulcísima y rosada; Tu amor fue mi...
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Cuando yo tomo la pluma Y saco a luz mi cuaderno, Hagan de cuenta que agarro Mi guitarra por el cuello Para ver si soy poeta Fíjate, niña, tan solo En que lloro cuando canto Y que canto cuando lloro. Yo mojo en llanto mi pluma; ¡Sarcasmo de hado funesto Que siendo mi alma tan blanca Me ha de...